Eduardo Trelles habló sobre su padre, el emblemático Ignacio Trelles, el técnico más ganador del futbol mexicano, una persona que era muy alegre, pues recuerda que si había algo que le encantaba hacer, era salir a bailar con su madre cada fin de semana a los salones más famosos; sin embargo, este carácter cambió cuando comenzó a hacerse famoso, pues se convirtió en alguien “introvertido”.
El comentarista mexicano contó que era complicado que su padre mostrara sus sentimientos sin importar que hubiera perdido un partido o ganado un título, ya que “llegaba a la casa serio y no salía, cuando fue campeón con Zacatepec, Toluca, Cruz Azul, llegaba a la casa y no salía, el valor de un título o una derrota significaba lo mismo”, por eso una de sus frases de don Nacho era que “todo lo que me ocurra en el trabaja se va a quedar en la banqueta”.
Sin embargo, Nacho Trelles tenía un sello muy particular cuando estaba en el banquillo, lugar en el que tenía ciertas ‘mañas’ o ‘trampas’ para sacar de quicio al equipo contrario, como meterse a la cancha o aventar los balones al terreno de juego, una situación que no era sancionada por el reglamento en aquel entonces.
Pero esto no era algo desconocido para don Nacho Trelles, ya que su hijo reveló a Javier Alarcón que el entrenador, fallecido hace unos meses, tomó un curso de arbitraje y sabía al 100 por ciento el reglamento, por lo que conocía qué podía y qué no hacer en el terreno de juego.
“En alguna ocasión cuando ocurrió esto dirigiendo al Toluca, él tomó un curso para ser árbitro, la gente no lo sabe y terminó el curso, tenía un conocimiento pleno del reglamento del arbitraje, sabía qué podía hacer y qué no contemplaba el reglamento en aquella época, el tema de los balones era antideportivo, pero no lo contemplaba el reglamento de arbitraje, había lagunas que él aprovechó, entre comillas”.
Que el entonces estratega de los Diablos Rojos usara su conocimiento en las reglas del arbitraje no era algo que le gustara a su familia; por ello, un día que regresó a su casa, decidieron decirle que no estaban contentos con su actitud. Al final, don Nacho dejó de tomar estas actitudes, pero no tanto por el regaño de su familia, sino porque más adelante se modificó el reglamento.
“Pero no estábamos de acuerdo alguna ocasión lo hizo en Toluca, mi mamá me dijo 'no es posible que Nacho esté haciendo eso', cuando llegó a la casa a la hora de comer todos se los dijimos no se vale: eso de meterte a la cancha y aventar el balón, él nos decía ‘el reglamento lo permite’; él terminó de hacerlo, tardó un poco pero lo dejó de hacer, no por convicción, lo dejó de hacer cuando el reglamento estableció que se iba suspendido seis partidos”.
A partir del minuto 30:05
ZZM