Enrique Bonilla, presidente de la Liga MX, dio a conocer lo que desde fines del año pasado se venía vislumbrado como un secreto a voces, esto al eliminar –por cinco años- el ascenso y descenso en Primera División, para dejar camino libre para la promoción de una Liga de desarrollo. Lo anterior fue decretado durante una asamblea con el Comité de dueños.
En dicha reunión, se llevó a cabo una votación, misma en donde los 18 clubes del máximo circuito emitieron su veredicto; ocho de ellos se colocaron en favor de que se mantuviera el sistema tradicional, sin embargo 10 dieron su sufragio en pro de la nueva liga de desarrollo.
Entre los equipos que estuvieron de acuerdo en abolir el ascenso y el descenso se encuentran Tijuana, Querétaro, Atlético de San Luis, Puebla y Juárez. No obstante, llama la atención que, algunos de estos cuadros, no hace mucho tiempo se encontraban en éste circuito peleando su derecho por ser de Primera División.
Hoy, con su voto en favor de la desaparición del derecho de ascender, le han dado la espalda a aquellos equipos que tenían la esperanza de estar en la máxima categoría, con los cuales –en un pasado no muy lejano- compitieron por ése premio.
En el caso de los Xolos, del Necaxa y del Atlético de San Luis, lo anterior puede ser aún más dramático, pues son algunos equipos que lograron su ascenso en la cancha y que aún se mantienen en la máxima categoría. En el caso de Bravos y Querétaro, son franquicias que están en Primera División por la vía del escritorio.
Aunque, hasta cierto punto, dichos clubes compartan un interés en común, el cual es –evidentemente- olvidarse de una vez por todas de volverá, en algún futuro, a la división de plata, dejando los reflectores, el ingreso y demás beneficios que representa estar en la Liga MX.