Los tres equipos de la Ciudad de México dominan la Liga, mismo puntaje para los tres, solo separados en el podio por su diferencia de goles, pero cada uno ha pasado por situaciones diferentes. Y cada uno cuenta entre sus filas con jugadores que están marcando la diferencia y se han puntos de referencia para que hoy la capital sea la que marque la pauta en el Guard1anes 2020.
Pumas, Cruz Azul y América no ceden terreno, cada uno ha estado en la cima de la clasificación, el último en alcanzarla fue Pumas, que llegó a ella tras su triunfo ante Santos, en el que conservó su invicto y se ratificó como una de las grandes sorpresas del torneo.
El pelotón de Lillini
El panorama de Pumas parecía catastrófico cuando Míchel dejó al equipo a unos días de iniciar la competencia. Era el presagio de que el torneo podría estar lleno de sinsabores; sin embargo, Universidad ha enterrado el pesimismo, se despojó de complejos, recuperó el espíritu combativo, apeló a su esencia y ha tirado de orgullo.
Pumas es líder con todos los merecimientos, Andrés Lillini terminó por convencer al grupo de jugadores y a la directiva, el discurso del entrenador llegó a las fibras adecuadas. Se ha encargado de darle una identidad al equipo. Universidad sabe sufrir, pero no se asusta y compite con gallardía.
Universidad ha encontrado líderes en el campo que le han dado un músculo especial a los universitarios. Alfredo Talavera es uno de ellos, el portero demuestra sus condiciones y habla claro, la solvencia que no tenía en el arco ha llegado con el veterano arquero que se ha ganado el respeto del vestuario.
Nicolás Freire le ha dado fuerza a la zaga, el argentino es una roca en la zaga y se ha entendido a la perfección con Johan Vázquez. Carlos Gutiérrez es un alma libre por la banda derecha, desparpajo en estado puro y atrevimiento para arrastrar la pelota. Juan Manuel Iturbe tomó un segundo aire, el hecho de que Míchel no lo quisiera le motivó y vive su mejor momento en CU. Y en ataque, la dupla Dinenno-González es garantía de lucha constante, con ellos es garantía de que habrá por lo menos una ocasión para que Pumas se ponga en ventaja.
Lillini le ha devuelto el espíritu a Universidad, el regreso a las raíces es lo que lo tiene hoy en la cima, creer que es un espejismo es algo simple. Los Pumas son una grata realidad.
La constancia celeste
Cruz Azul cerró el Clausura 2020 como el mejor equipo, el conjunto de Robert Dante Siboldi era una escuadra con una estructura bien reconocida. Solvente en defensa y letal en ataque, iba encaminado como un claro favorito al título, tenía jugadores en gran momento, pero se atravesó la pandemia.
Este torneo, La Máquina no ha perdido el hilo, ha conservado esa inercia, aunque en sus últimos partidos no ha sido el de otras tardes, aun bajando el acelerador le alcanza para ganar. Y, algo que no es cosa menor, se ha sabido mantener al margen de los líos directivos que han rodeado a la Cooperativa. Los jugadores se han dedicado a la parcela verde y ahí han destacado.
Jesús Corona es un punto de referencia para el cuadro celeste, Chuy es un veterano de guerra, un tipo que le da personalidad a la zaga y que gana partidos con alguna de sus intervenciones. La palabra liderazgo le ajusta y lo ejerce en el vestuario y en el campo.
Juan Escobar, Igor Lichnovsky, Julio Domínguez y Adrián Aldrete son un núcleo fuerte en la defensa, jugadores que mantienen la seguridad en la retaguardia, pues de los tres punteros, el conjunto celeste es el que menos goles ha recibido.
En el medio campo, Luis Romo se ha convertido en uno de los mariscales celestes, como contención y hasta en una faceta ofensiva. Ahí le han acompañado Yotún y Baca, en ellos reposa la temperatura del equipo.
Y en ataque, indiscutiblemente, Jonathan Rodríguez es el punto de referencia, el hilo conductor de los celestes y su jugador más determinante, su catálogo se amplia. Al Cabecita se le nota enchufado y es el jugador en el que reposan muchas de las ilusiones de los aficionados celestes para romper la sequía de títulos.
FOTO: Lichnovsky, Romo y Rodríguez (Mexsport)
Dinamita azulcrema
América es un equipo del que siempre se esperan altos registros. A las Águilas se les demanda buen juego y que sean protagonistas, cualquier cosa inferior es vista como una crisis. Numéricamente, los de Coapa están bien, pero el rendimiento no ha sido del todo parejo, en algunos momentos han ido de menos a más y viceversa. La constancia futbolística no es total y esa es su deuda pendiente.
Pero América se mantiene fuerte y sólido, gracias a la pegada que tiene, es la mejor ofensiva en lo que va del torneo. 20 goles anotados en 9 partidos para un promedio de 2.2 goles por juego. El poder ofensivo de las Águilas no tiene comparación, es un equipo que en cualquier momento fulmina a sus rivales.
Guillermo Ochoa es un líder nato en la retaguardia azulcrema, el portero se ha destacado por intervenciones claras y ha asumido el mando del gafete de capitán. La baja de Bruno Valdez ha demandado que la defensa se recomponga. Emanuel Aguilera y el joven Ramón Juárez son las cartas fuertes, además del uruguayo Sebastián Cáceres, jugadores que están obligados a asumir responsabilidad y mejorar su rendimiento y registros.
Richard Sánchez y Sebastián Córdova cargan con el peso del medio campo, el paraguayo es un pulmón que ayuda en la media de contención y en la creación. Y el mexicano aporta la cuota de talento. En ese renglón está apareciendo Nicolás Benedetti, quien ha vuelto de su lesión con hambre y determinación.
Es en la parte de ataque donde están las mejores armas de los azulcrema. Henry Martin y Federico Viñas son dinamita en estado puro, delanteros con gol y con potencia, futbolistas que saben vivir fuera del área y trabajar para el colectivo, entre los dos han marcado 9 goles, el 45 por ciento de la productividad azulcrema.
Pumas, Cruz Azul y América mandan en el Guard1anes 2020. Los tres, con sur marcadas diferencias, llevan ritmo de Liguilla. Su reto es mantenerse y superarse, el futbol mexicano les necesita tal y como están.