Tras más de 14 años de carrera en los medios deportivos, Marion Reimers, de Fox Sports, reflexiona en entrevista con MILENIO-La Afición sus inicios, el trabajo de la mujer en la industria y su fórmula para hacerle frente a las críticas mal intencionadas por su incursión en la narración deportiva en los partidos de la Liga alemana. En el año 2019, Marion se convirtió en la primera mujer en comentar una Final de la UEFA Champions League.
¿Qué te llevó a esta profesión, fue algo que tenías definido desde pequeña?
Yo no crecí diciendo ¡ay voy a ser como Enrique El Perro Bermúdez! Me gustan mucho los deportes, practiqué muchos, pero para mí el tema era estar en mi casa viendo un partido con mis papás, quería salir a jugar y hacerlo yo. Estudié historia del arte y fotografía, y luego estudié comunicación; en el tercer semestre de la carrera se dio la oportunidad de estar en Fox, fue un proceso muy orgánico. Me di cuenta que me gustaba, que tenía posibilidades y que era un área muy interesante.
Con los años que llevas en esta profesión, ¿te ha tocado ver un cambio en el trato a la mujer en los medios deportivos?
Creo que ha habido un cambio importante. Recuerdo hace 14 años estar en la redacción de Fox y ahí era muy raro ver a mujeres en deportes, y más raro verlas teniendo una opinión. Tenemos que diferenciar las funciones, ahora vemos a más mujeres a nivel nacional e internacional, pero todavía hay una asignatura pendiente en los puestos de decisión detrás de cámaras. ¿Dónde están las directoras editoriales, presidentas o vicepresidentas de canales, directoras de producción? No pasa únicamente por estar a cuadro o tener una columna en los diarios deportivos, es estar en las mesas de decisiones y orientar esto a otro lugar, aunque tener mujeres no garantiza eso, porque también nos circunscribimos al machismo. Hay un avance, pero hay mucha tarea por hacer. Lo que vemos en los medios deportivos, no refleja la sociedad. En las escuelas de periodismo, comunicación y en las redacciones falta una capacitación profunda respecto a perspectiva de género, racismo o las personas con discapacidad, que tampoco están incluidas o la comunidad LGBTQII+. La idea de que el periodismo es objetivo no existe, todos tenemos una carga; el periodismo tiene una función social y no podemos estar del lado de las opresiones.
Muchos colegas deciden narrar o comentar, ¿a ti siempre te llamó la atención hacer ambas?
Yo empecé comentando y me encanta. Se me presentó la oportunidad de narrar, porque afortunadamente trabajo en un espacio que busca la diversidad. Hay gente allá fuera que dice que “no” y que soy una hipócrita, pero la realidad es que todos tenemos el derecho a expresarnos y manejar nuestra carrera como queramos. En ese sentido llegó la oportunidad y arranqué con la Liga Femenil y lo disfruto mucho, quiero seguir aprendiendo. No creo que El Perro Bermúdez haya salido del útero gritando gol, pero parece que hoy en día lo tomamos así. Es un proceso de aprendizaje que me está gustando mucho, pero no me gusta decir que es lo que voy a hacer toda la vida, el camino me puede llevar por otro lado. De momento quiero perfeccionarlo, al igual que el comentario y lo que hago en mesas de debate. Ha permeado mucho en la industria esta idea de que todos nacimos sabiendo, yo no tengo ningún problema en decir que estoy aprendiendo y que puedo mejorar. Hay muchas personas que dicen “yo ya la hice y aquí me quedo”. No hay un especialista en deporte, porque hay muchas áreas.
¿Cómo sobrellevar esa crítica mal intencionada?
Al final soy una persona, tenemos emociones y días buenos y malos. Evidentemente hay una intención de generar una censura, que no solo me pasa a mí, le pasa a muchas mujeres en esta industria y otras. Tengo la enorme fortuna de tener un círculo de contención muy bien trabajado, mi familia, mi pareja, mis amigos. No vivo para estar en la esfera pública, mi trabajo es parte de eso. Hay que entender de dónde vienen las cosas, pero lo más importante es no normalizar la violencia. No es normal cómo nos expresamos de otros de manera anónima, ni cómo buscamos que una sola persona satisfaga todas nuestras necesidades en un único momento, que es un partido de futbol. Una cosa es ser comentarista, pero tampoco puedo hacerme cargo de todas las carencias emocionales de la gente que sale ventilando otras cosas. En ese sentido intento tener muy claro mi objetivo, mi camino, de dónde vengo, adónde he llegado y adónde quiero ir. Hacer una introspectiva: a mí me gusta lo que estoy haciendo y cómo puedo mejorar. En dado caso, hablar con personas que llevan mucho tiempo en esto y sé que sus indicaciones, críticas y sugerencias vienen de un lugar de profundo conocimiento. El ritmo, tono de voz, son muchas cosas que tomar en cuenta, pero decirme que no cuento chistes, me da lo mismo. ¡Qué bueno que no los cuento, porque no soy comediante y no soy chistosa!
Si pudieras reunir a todos los críticos, ¿qué les dirías?
Me gustaría escuchar, genuinamente, qué me quieren decir teniéndome de frente. Cuando vemos a la gente de cerca, de repente, ya no nos parece tan mala y horrible. Lo segundo que les diría es que con mucho gusto lo pueden intentar y yo también les puedo hacer una devolución con algunos conceptos.
¿Algo que detestas de la industria?
Me molesta mucho que contribuimos desde un lugar muy activo a que la industria no tenga credibilidad ni legitimidad. Este falso discurso de “eso es extra cancha, no hablamos de esos temas”. Como lo de Colin Kaepernick... “Nosotros no hay que meternos ahí”, ¿cómo no? Es nuestra responsabilidad, nuestra fuente. Percibo una falta de empuje, no hay cuestionamientos, las cosas son como son. “El futbol es así”... es como decir “la política es así”. Tiene que haber una curiosidad intelectual para descubrir cosas nuevas. Este ramo es muy rico en cuanto a temas; siento que hay un conformismo, eso me molesta. Y la incapacidad de cuestionar los modelos. No hemos entendido el poder político del deporte. Nosotros somos audiencia y generadores, pero generamos lo que consumimos, hay poca innovación.
¿El momento que más has disfrutado en toda tu carrera y el de mayor orgullo?
Es una pregunta difícil, son muchos; cada situación te lleva a ese momento. Una es la inauguración de los Juegos Olímpicos que los transmití desde Río, lleno de mucho orgullo, y si tuviera que sumar otro sería la final de la Champions la temporada pasada, esa es la cúspide, pero hice toda la temporada que llevó a eso.
Después de todo lo que has conseguido, ¿cuál es tu siguiente meta?
Me encantaría seguir comentando futbol internacional. Me encanta la idea de hablar más de deporte femenil, es una causa que enarbolo de hace mucho tiempo y es muy importante. Me encantaría hacer documentales, participar en otros formatos y, bueno, ahora está parado, pero terminé de escribir un libro y esperemos se pueda publicar cuando esto termine. Es un libro que se llama Juega como niña, que busca incentivar la práctica deportiva en niñas y adolescentes. Nos enseñan a hacer ejercicio, no deporte. El ejercicio existe para ponerte un bikini o sentirte guapa en la playa, ultimadamente es una satisfacción de la mirada masculina, pero no es para sentirnos nosotras a gusto en nuestro cuerpo. Me gustaría que el deporte para las mujeres sea una satisfacción personal y no algo que corresponda a una mirada externa.
¿Qué les dices a las jóvenes que te ven y quieren ser parte de la industria?
Que es un enorme privilegio, pero también una gran responsabilidad. Conlleva algo muy importante insertarnos en estas arenas consideradas preponderantemente masculinas. Que una niña salga con un balón a querer jugar la reta en un espacio público es, en sí, un acto de rebeldía. Hay que tener tolerancia a la frustración, pero sobre todas las cosas les diría que las críticas que ven, que vierten contra nosotras, no tiene que ser algo que las desaliente, todo lo contrario, mientras más seamos, más se va a normalizar nuestra presencia. Es un trabajo increíble y divertido. Que no se sientan solas, hay muchos círculos de solidaridad y somos muchas las que estamos empujando para que puedan entrar, quizá, con menos dificultades que nosotras. Al final estamos intentando dejar este lugar mejor de lo que lo encontramos y eso ya nos genera un diferenciador sustancial con lo que hace nuestra contraparte masculina, no solo en el periodismo, en el deporte mismo. No hemos tenido el privilegio de llegar y que todo esté acomodado, pero mejor así podemos moldear las cosas a nuestra medida.
¿Cómo tomaste la decisión de crear una plataforma como Versus, hubo algún detonante?
Hubo un detonante muy interesante que a mí también me cambió la manera de pensar. Yo no nací pensando así. Hoy también me arrepiento de cosas que dije o pensaba, pero no me puedo arrepentir, puedo cambiar lo que tengo aquí y ahora. Un día teniendo una conversación con compañeras me di cuenta que, sin importar el perfil que cumplas dentro de la industria, te van a atacar igual. Jimena (Sánchez) y yo tenemos perfiles muy distintos y nos buscaban enfrentar, porque nos venden la idea de que hay solo un lugar para las mujeres. No quiero decir que el cambio está en uno mismo, porque las estructuras son las que a veces impiden poder llegar a ciertos lugares. En ese sentido nació Versus, buscamos incidir en esas estructuras y que no sea una cosa personal.