Dicen que amor con amor se paga y es el caso del homenaje que Club Santos y su afición ofrecerán este domingo a Oribe Peralta, quien se convertirá en el quinto Santo Inmortal y cuya estatua será develada en la Plaza del Aficionado del TSM, en un día enmarcado por la celebración del 39 Aniversario de la institución albiverde.
El ‘Cepillo’, recientemente retirado como futbolista profesional, tendrá esta distinción como solo la han obtenido cuatro figuras antes que él, por su trayectoria, su aportación y lo que representó para el equipo, la afición y para la historia de la cual es parte importante, distinguido por su espíritu de lucha y perseverancia, surgido del llano, graduado con honores y retirado como un grande.
Es uno de los mejores goleadores, siempre ha jugado en equipos nacionales. Nacido el 12 de enero de 1984 en la ciudad de Torreón, México, Oribe creció junto a sus dos hermanos en una familia donde el futbol fue inculcado por su padre en La Partida, Coahuila.
De niño solía jugar en los mismos campos de tierra donde jugaba su papá, fiel seguidor del Santos Laguna. A corta edad soñaba con jugar en la Primera División del futbol mexicano, con vestir el uniforme de Santos y fue creciendo con el mismo sueño, por eso a la edad de 13 años ingresó al equipo de La Partida, sin pensar que su vida estaría por cambiar drásticamente.
Y es que recibió la invitación para ingresar en el Centro de Sinergia Futbolista (CESIFUT) en Lerdo, aunque tuvo que pasar por momentos amargos tras sufrir fractura de tibia y peroné, lo que le impidió tener actividad durante un año, quedando al borde de abandonar el sueño.
Tras su regreso retomó con hambre su deseo de ser futbolista, la oportunidad se le presentó cuando el Guadalajara lo llevó a sus filas, pero no lo debutó, así que fue cedido a Monarcas Morelia, donde sí debutó en Primera División, en 2003.
Sin llegar a despuntar, fue traspasado al León de la Liga de Ascenso, ahí tuvo intervención en 28 partidos como titular hasta que en 2004 fue llevado al Monterrey bajo la dirección de Miguel Herrera, quien pocos minutos le otorgó, así que Oribe pasó inadvertido y eso le impidió continuar con Rayados.
Para 2006, el lagunero pasó a las filas de Santos Laguna y después de una temporada de poca participación, el ‘Cepillo’ se fue a préstamo a Jaguares de Chiapas, donde comenzó a hacer goles, así que al cabo de un año retornó a la Comarca. Su segunda etapa como albiverde fue el despunte para Oribe, no solo se hizo de la titularidad, se afianzó como goleador y participó en la conquista de dos títulos de liga.
Selección mexicana
Oribe Peralta fue convocado por la Selección Mexicana absoluta en 2005 y debutó en el minuto 86 mientras disputaban un partido amistoso contra Argentina. Años después fue invitado por la Selección Mexicana para jugar con el equipo olímpico en Londres 2012, donde se convirtió en una estrella nacional al meter los 2 goles que les dieron la victoria en la final contra Brasil para conseguir el oro.
Para los Juegos Olímpicos de Rio 2016, el lagunero de nuevo apareció en el Tri, aunque en esta ocasión no subieron al podio. Con la Selección Mayor participó en los Mundiales de Brasil 2014 y Rusia 2018.
También compitió en la Copa Concacaf y en la Copa América, sumando 67 partidos y 26 goles con la Selección de México. Además, en 2013, Oribe fue nombrado “Mejor jugador del año” por la Concacaf.
Viste de americanista
En 2014 pasó al América, donde fue campeón de la Liga MX (2014) y campeón de Liga de Campeones Concacaf en 2015 y 2016. Terminó su carrera en Chivas y ahora, este domingo develará su estatua en el TSM, con el equipo que lo hizo grande, donde se le reconoce con justicia su gran trayectoria como futbolista profesional.
EGO