Los goles de Haití fueron puñaladas que lastimaron al futbol femenil de México. Los números no dan por muerto a la selección nacional, pero lo visto en la cancha sí, porque en dos partidos no ha sido capaz de marcar un gol y el cierre del torneo será ante el mejor equipo del mundo, pensar que lo puede golear es, desde ya, una utopía. Creer es un acto de fe, pero visto lo visto hoy no se ven condiciones para un milagro de ese tamaño.
El calificativo de fracaso se expande en esta selección, sobre todo porque se le habían dado las condiciones para que el objetivo se lograra. No ha ocurrido y se tiene que hacer una reflexión seria. Este viernes arranca el undécimo torneo del balompié femenino y se abre una interrogante: ¿el nivel de la Selección Nacional es el reflejo de la Liga MX Femenil?
Hay varias aristas. Una de ellas es que la Liga sigue siendo un torneo en desarrollo, al que le hace falta un largo trecho para consolidarse, desde lo económico hasta lo deportivo, en el que hay muchos factores que intervienen en todos los niveles. Es una realidad que no todos los equipos ponen el mismo interés, también que en muchos sectores no se le da la atención debida, desde medios de comunicación, patrocinadores, direcciones deportivas, aficionados…
Pero hablar de la Selección es hablar de un equipo donde debe estar lo mejor, y en esta selección parece que lo estaba, quizá solo faltaba Charlyn Corral, una jugadora que en el último semestre brilló con Pachuca, pero que no aparece en selección desde hace mucho tiempo. Como sea, pensar que una jugadora cambiaría el curso de los hechos también sería un error.
En la Liga se ha buscado que las jugadoras desarrollen su capacidad, que cuenten con condiciones aceptables para jugar, algunos equipos las cumplen. Otros no, pues parece que solo se cumple con el requisito de tener un equipo en la categoría y no más, pero con cinco años de existencia no se puede creer que sea el reflejo de toda una estructura que debe estar bien organizada desde la Federación, donde se deben identificar áreas de oportunidad para el representativo nacional.
Hay que recordar que las selecciones menores en la rama femenil sí lograron su pase al Mundial, tanto la Sub 17 como la Sub 20, y en esos equipos también hay jugadoras que juegan en México y otras que también vienen del extranjero, por lo que tampoco se puede generalizar a toda la Liga por el descalabro del Tricolor mayor.
En la evaluación habría que meter a cada uno de los clubes para ver la manera en la que está estructurado su equipo femenil tanto en lo deportivo como en lo económico. Un aspecto que se puede ver como perjudicial es la falta de equilibrio deportivo, pues solo dos o tres equipos (Tigres, Rayadas y Chivas) son los que constantemente se mantienen peleando la parte alta de la tabla, y lo hacen por la inversión que realizan, pero también es verdad que otros equipos se autolimitan y si no invierten en mejores equipos es porque no quieren hacerlo.
Creer que una Liga que aún es incipiente es el reflejo del fracaso de la selección nacional femenil puede ser válido por el hecho de que se supone que ahí están las mejores jugadoras del futbol mexicano, pero entonces habría que ver si realmente fueron las mejores elecciones y si las futbolistas estuvieron a la altura de lo que se esperaba. Las jugadoras Sub 17 y la Sub 20 que han pasado por la Liga MX podrían decir que no.
FCM