Sergio Markarián inició su carrera como entrenador en 1976 en el club Bella Vista de su natal Uruguay, es uno de los entrenadores que ha pasado por muchos países mamando futbol, incluso ha estado al frente de alguna selección. Es un tipo que transpira el deporte y maneja un discurso que endulza.
En México fue uno de los entrenadores que estuvo muy cerca de acabar con esa sequía que ha castigado a Cruz Azul por más de dos décadas. Llegó a La Máquina para el Apertura 2007, de inmediato asumió sus retos, poco a poco le fue dando una identidad a ese conjunto celeste, pero tuvo sus más y sus menos.
Llegó a México con un curriculum que no invitaba a la discusión sino a escucharle y aprenderle. Y muy pronto, en algunas charlas informales sacaba a la luz el tema. No le gustaban los apodos que tenía, ninguno, no entendía cómo la gente podía menoscabar a otra persona a través de un apodo, fuera positivo o negativo.
Uno de ellos era El Mago, que se había ganado en Sudamérica por hacer que sus equipos lograran cosas y triunfos que no figuraban en ningún presupuesto. Pero Markarián, de fuertes creencias religiosas, no compartía para nada que se le vinculara con algo ligado a la hechicería.
El otro era el que más le incomodaba, tanto que llegaba a decir a los reporteros que sí se lo decían era capaz de levantarse de las entrevistas y marcharse, igual de una conferencia, ¿por qué?, porque no compartía que se burlaran de una persona y se le faltara el respeto con una palabra que hacía denostar a la persona y más cuando ésta ya había dejado claro que no le gustaba. Ese apodo —y en particular escucharlo en las transmisiones de los partidos cuando revisaba el video— que le enfadaba y sacaba de su tono tranquilo era el de El Pingüino, por el parecido que —según— tenía con el actor estadunidense Danny DeVito, quien interpretó ese personaje en la película Batman regresa.
Markarián se fue de México luego de un año, se quedó muy cerca del anhelado objetivo, la gente de Cruz Azul le guarda buena estima, en algunas ocasione su nombre ha sonado como posible entrenador de algún club. Si algún día llega a volver su trato seguirá igual de afable, porque eso se trae en la sangre, solo habrá que decirle Don Sergio y todo irá bien.
FCM