Antes de pararse en la cancha y enfrentarse en un partido con otros jugadores, los integrantes del equipo de futbol Toros Tlaxcala se sentían excluidos porque las canchas deportivas no estaban abiertas para ellos y los balones tampoco eran disponibles.
Sucedía así porque no son jugadores de futbol convencionales, todos son personas con discapacidad visual. En este deporte, los futbolistas no ven el balón de futbol, lo escuchan.
Erick Rosales, por ejemplo, recuerda que cuando era niño la única posibilidad que tenía para jugar futbol era en las calles aledañas a su casa y en compañía de su hermano; entre ambos le adaptaban una bolsa de plástico al balón para que él lo pudiera escuchar. Lo hacían de esa manera porque Erick, desde su infancia, es una persona con discapacidad visual.
“A mí siempre me ha gustado jugar futbol, desde pequeño lo jugaba con mi hermano, pero como no teníamos balón adaptado le poníamos una bolsa de plástico y nos divertíamos muchísimo”, relató.
La discapacidad visual y su afición por el futbol lo hicieron insistir, persistir y resistir; y hoy, junto con otros jóvenes, también con discapacidad visual, forma parte del equipo del equipo de futbol de ciegos y débiles visuales Toros Tlaxcala.
Y así fue como surgió en esta entidad el futbol inclusivo, el que abre las canchas para las personas invidentes y adapta los balones a sus condiciones de vida.
Con toda su bravura, los jugadores de esta escuadra vencieron el capacitismo, que significa una forma de discriminación o prejuicio social contra las personas con discapacidad.
El club Toros Tlaxcala surgió hace dos años, en medio de dificultades para acceder a los espacios deportivos; aunque hoy han superado las adversidades y se sienten campeones.
“En cuanto supe que había una manera de practicar futbol como un deporte adaptado me dio mucho entusiasmo. Tenemos ya casi dos años entrenando parejito, se han ido sumando algunos, otros yéndose, pero nosotros aquí nos mantenemos”, dijo Erick, ahora delantero del equipo.
Entre los futbolistas con discapacidad visual de los Toros Tlaxcala están aquellos que nacieron bajo esa condición de vida, como quienes perdieron la vista por alguna enfermedad o procedimiento quirúrgico, tal como sucedió con Rigoberto Paredes.
Rigo, como le llaman, perdió la vista por una operación quirúrgica que le daño el nervio óptico; lleva ocho años sin su sentido de la vista. Dentro del club, al principio se integró como portero, actualmente juega en la posición de defensa o medio.
“Es bien difícil perder un sentido porque es adaptarse a todo debido a que no hay una cultura para que a los que estamos ya discapacitados nos apoyen, es difícil trasladarse, empezar a usar el bastón, pero ahora el futbol es una motivación muy grande porque yo pensé que nunca iba a estar de nuevo en una cancha”, comentó.
“Estar de nuevo en la cancha es volver a iniciar todo porque no es lo mismo cuando ves, que cuando tienes que agudizar más el oído para buscar el balón porque a veces lo perdemos y tenemos que buscarlo solo con los pies”, añadió.
La falta de uno de sus sentidos no es impedimento para entrar a las canchas, practicar y también ser los protagonistas de un buen partido de futbol.
Es requisito para ellos jugar en la cancha con un balón sonoro que contiene en su interior algunos cascabeles. El cascabeleo de la bola y el grito entre ellos de “voy, voy”, es su única guía. El jugador que no grite en la cancha comete falta; en contraste, el público debe permanecer en silencio mientras se juega el partido.
Este es el Futbol 5, el deporte inclusivo para personas invidentes, reconocido como paraolímpico desde Atenas 2004 y ya practicado en Tlaxcala.
Los jugadores de Toros Tlaxcala se han enfrentado con contrincantes de la Ciudad de México y San Luis Potosí, también tuvieron un partido con reconocidos toreros tlaxcaltecas; lidiaron entre ellos en la cancha de futbol.
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“Se vive exactamente igual”
En palabras de Edwin Lara, la emoción y la adrenalina del futbol se viven exactamente igual con el sentido de la vista y sin él.
“Es un deporte que te llena bastante. La emoción del futbol, independientemente de si tienes vista o no, se vive exactamente igual. Es que es imposible no estar animado con el balón en los pies”, expresó el jugador también con discapacidad visual.
Aunque en Tlaxcala ya existen algunos apoyos oficiales para este equipo, los integrantes todavía se enfrentan a algunas dificultades para su desarrollo, principalmente el encontrar partidos y otras “trabas”.
Así lo manifestó Edwin, quien consideró que si hubiera más apoyos para el futbol inclusivo este crecería “muchísimo” como deporte.
“Ya hay equipos en México donde el equipo de su estado lo apoya; entonces, siento que si todos tomaran esa iniciativa, todos los equipos de la liga mexicana se pusieran apoyar al equipo respectivo de su estado esto crecería muchísimo”, comentó.
Aún así, este jugador no tiene entre sus planes abandonar al equipo Toros Tlaxcala, por el contrario, combina sus entrenamientos con sus estudios profesionales de la licenciatura en psicología.
Aspira a convertirse en un psicólogo clínico y desde esa área profesional de la salud mental ayudar a cualquier persona que se lo permita.
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La idea surgió en el transporte público
A bordo de una combi surgió la idea de crear en Tlaxcala el primer equipo de futbol de ciegos y débiles visuales, al que los jugadores decidieron llamar “Toros Tlaxcala” por la tradición taurina y afición a la fiesta brava que prevalece en la entidad.
Manuel López Vázquez, director y entrenador del equipo, expuso que la próxima meta es integrar a niños, niñas y mujeres con la misma discapacidad, de tal forma que todos los sectores sean beneficiados con la inclusión en el deporte.
“Ya llevamos dos años maravillosos, y esperamos que vengan a este equipo que, en verdad, es una familia”, señaló.
En entrevista, detalló que fue él quien tuvo la iniciativa de crear este club de futbol para personas con discapacidad visual, después de que, a bordo de una unidad de transporte público, escuchó a un hombre ciego decir que uno de sus sueños era jugar futbol.
“Nadie me cree, pero todo empezó en una combi donde vi a una persona que quería jugar y era ciego, inmediatamente me motivé y empecé a buscar a todos lo que hay en el estado, logré juntar ocho ciegos y son unas personas maravillosas”, indicó.
En las canchas, las personas con discapacidad visual no solo juegan futbol, también aprenden el compañerismo porque entre ellos se deben auxiliar, y, por supuesto, el trabajo en equipo.
En las canchas también desarrollan su sentido del oído porque de este dependen ante la falta de la vista.
“Se dice tan fácil, pero fue un trabajo primero de tres o cuatro meses para poder integrar el equipo al cien por ciento”, remarcó López Vázquez.
Los bureles y novillos de Toros Tlaxcala son constantes en sus entrenamientos, cada vez más perfeccionan sus habilidades en el futbol para exhibir su bravura en la faena que no juegan en un ruedo, sino en una cancha.
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MO