VAR, al rescate de La Máquina

Jornada 5. Cruz Azul consiguió su segundo triunfo del torneo; vence a Pachuca gracias a un penal que señaló el videoarbitraje.

Santiago Giménez celebra su gol. (Mexsport)
Paulo Pezzolano (i), DT de Pachuca, increpa al árbitro. (Mexsport)
Higinio Robles
Ciudad de México /

Parecía otra jornada negra, otra de amargura para un Cruz Azul que sabe bien cómo ser protagonista de días grises, pero el VAR, que tanto da y quita, fue un factor clave para que La Máquina lograra su segundo triunfo del torneo, por 3-1 sobre Pachuca. Y es que desde la cabina del videoarbitraje se marcó un claro penal que le devolvió al corazón a los celestes, que recuperaron la alegría cuando jugaban con uno menos en el estadio Azteca.

La Máquina inició el partido a buen ritmo, parecía decidida a demostrar que puede ser un equipo al que se le tenga credibilidad en el torneo. Merodeó la meta de Alfonso Blanco, pero le faltó precisión.

Muy pronto, Jonathan Rodríguez sacó un tiro de media distancia, como la primera amenaza; el uruguayo fue de lo más activo en el arranque del partido, pero fue también la muestra de la imprecisión en la definición.

Elías le filtró una pelota que lo dejó en posición franca, pero el control del Cabecita no fue el más adecuado, la bola se le alargó y no pudo tener una buena definición ante la salida de Blanco, así que el balón se fue por encima de la portería hidalguense.

Los celestes tenían el control, se anticipaban bien en la medular para lanzarse de nueva cuenta, pero lo que no pudieron mejorar fue la precisión en la última zona, donde Pachuca lograba salir airoso. Los Tuzos no tenían la pelota, les costaba mucho enarbolar alguna jugada, poco a poco se fueron estructurando, se ordenaron y fueron apagando el ímpetu de los anfitriones.

El partido entró en una fase de aletargamiento, algo que no le incomodaba a los Tuzos del Pachuca, que hacían lo posible por empezar a tener una acción que le acercara al arco de Jesús Corona. Las ideas se le extinguieron al conjunto cementero, ni Alvarado, ni Elías ni Rodríguez lograban tener esa cuota de desequilibrio que les diera profundidad y que les permitiera poner una bola de peligro a Santiago Giménez, desaparecido completamente por la falta de balones.

Fue en la recta final cuando el partido volvió a tomar color. De nuevo, Rodríguez se encontró con una pelota que pudo haber tenido mejor final. Romo le asistió en el área al charrúa, pero éste impactó mal y su tiro se fue desviado.

Y de pronto, Pachuca, que no había exigido a Corona y que pasó ciertos apuros, fue el que tuvo la más peligrosa. Un tiro de esquina fue peinado en el primer palo, y el balón le cayó a Víctor Dávila, quien le ganó en el salto a Domínguez y puso la pelota en el poste. Se salvó Cruz Azul de un gol que hubiera supuesto un golpe emocional muy fuerte.

Y antes del descanso, Elías prendió una volea que se fue desviada del arco de Blanco. Quedaba el complemento para que ambos equipos manifestaran un cambio de actitud para aspirar a la victoria.

Los Tuzos sí dieron un paso al frente, dejaron de ser contemplativos y en el arranque del segundo tiempo tuvieron más presencia en campo rival que en todo el primer lapso. Tan es así que fue el primero en rematar a gol y el que abrió el marcador.

Pachuca aprovechó que Igor Lichnovsky estaba fuera del campo por un golpe, y Érick Aguirre puso un centro al corazón del área, ahí llegó Luis Chávez para rematar picado con la cabeza y batir a Corona al 54’.

Fue un golpe al orgullo de La Máquina, que necesitaba de una pronta reacción. Y la tuvo, apenas tres minutos después, Giménez demostró su instinto, si en todo el primer tiempo no tuvo una sola bola, cuando le quedó una a modo no la desaprovechó, primero, ejerció bien de poste, tocó con Alvarado, quien le regresó la pared y en el área controló para tirar raso y cruzado. Nada pudo hacer Blanco. Cruz Azul estaba vivo.

Pero el juego se le complicó a La Máquina al minuto 74 por una expulsión a Pablo Ceppelini; el uruguayo tenía diez minutos en el campo y una plancha sobre Murillo (revisada en el VAR) lo mandó al vestidor.

Parecía que el empate estaba cantado, pero de pronto una irrupción de Elías acabó con Miguel Tapias trabando al volante celeste, el árbitro Alfredo Silva señaló tiro de esquina, pero el VAR le llamó y tras revisar la jugada, el silbante marcó el penal que convirtió Jonathan Rodríguez al 82’. Fue un gran respiro para Cruz Azul, que incluso marcó el tercero gracias a un remate de Juan Escobar.

La Máquina de Robert Dante Siboldi respira, salvó un partido clave en sus aspiraciones por seguir puntuando, pero todavía tiene muchas cosas por mejorar para no sufrir tanto. Y Pachuca… los Tuzos no encuentran un punto de despegue.

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“GRAN PARTIDO ANTE UN GRAN RIVAL”: SIBOLDI

Robert Dante Siboldi, entrenador de Cruz Azul, salió satisfecho tras la victoria de su equipo sobre Pachuca, porque consideró que su escuadra tuvo mucha actitud y esa no debe faltar de aquí en adelante. “Hicieron un gran partido ante un gran rival, no fue nada fácil, creo que es lo que estamos buscando, que el equipo muestre esa mística, esa garra, esa entrega, no dar un balón por perdido, ser el último en tirar un tiro a gol, independientemente del resultado, cuando ellos ponen su cien se va a ver un equipo así. Ese es el carácter que estamos buscando, que transmita eso para que el aficionado se sienta orgulloso del equipo”.

En tanto, Pablo Pezzolano, entrenador de Pachuca, se fue con amargura, porque “nos faltó plantarnos bien, hacer lo que sabemos: utilizar más los espacios. No lo hicimos, hasta el gol en contra; con el jugador de más no lo llegamos a sentir, pero estamos para trabajar. Me preocupa que tenemos que mejorar de visita; era una linda oportunidad. Fallamos”.

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