Los años 50: el surgimiento de O’Rei Pelé

90 aniversario La Afición

Esta década estuvo marcada por las gestas en los Mundiales, que comenzó con el Maracanazo, pasó por el Milagro de Berna y concluyó con el surgimiento de Pelé; en México, Joaquín Capilla se convirtió en el máximo ganador olímpico del país

Pelé, campeón del mundo con Brasil en 1958 (Fototeca Milenio)
Eduardo Espinosa
Ciudad de México /

Tuvieron que pasar cinco Mundiales para que Brasil pudiera conseguir el trofeo que tanto anhelaba. En la década de los 50’s, la verdeamarela comenzó con el peor fracaso de su historia futbolística y finalizó con el arranque de su dominio mundial, así como el surgimiento de la figura más grande de todos los tiempos en el futbol: Pelé.

En el primer episodio, el representativo brasileño tenía la fiesta preparada. En aquel 1950, Brasil solo pensaba en ganar la Copa del Mundo y para ello había construido el estadio más grande del mundo, al cual le cupieron 200 mil personas en aquella tarde del 16 de julio. Sin embargo, nadie contaba que el orgullo uruguayo terminaría por imponerse.

En el segundo episodio protagonizado por los amazónicos la historia fue diferente. Ocho años después y muy lejos de casa, apareció un niño de 17 años lleno de magia para iniciar la época dorada y el dominio del “scratch du oro”. Edson Arantes Do Nascimiento, Pelé, fue el gran baluarte de esa selección.

Portada de La Afición con el título de Brasil en 1954 (Fototeca Milenio)

Estuvo muy cerca de no ir por una lesión en la rodilla derecha, pero su técnico le tuvo paciencia y confianza. Se perdió los dos primeros juegos, pero en los cuatro restantes dejó de manifiesto su enorme calidad con seis goles, dos en la final. La imagen de él, llorando en la premiación y abrazado del portero Gilmar, dejó una postal para la eternidad. O’Rei comenzaba su reinado.

La Afición estuvo presente en ambos sucesos con Antonio Andere –quien fue director del diario– como enviado especial. Ya para entonces, el primer periódico deportivo de México tenía dos décadas de experiencia y se consolidaba el gran referente.

EL INMORTAL CAPILLA

En 1956, en los Juegos Olímpicos de Melbourne, Joaquín Capilla se convirtió en el máximo medallista mexicano. En esa edición, el clavidista consiguió dos preseas: bronce en plataforma de 3 metros y el ansiado oro en la plataforma de 10 metros. Antes había sido medallista en Londres 1948 y Helsinki 1952.

Joaquín Capilla -con los brazos arriba-, medallista olímpico mexicano (Fototeca Milenio)

Fue tal la expectación y la algarabía que provocó el logro de Capilla, que La Afición tomó la iniciativa de realizar una colecta con el público para premiar al atleta mexicano.