La ejemplar vida de la mamá de una atleta Down

Detrás de la campeona mundial de gimnasia, Bibi Wetzel, está el esfuerzo, dedicación y amor de su madre, la señora Mónica Aguilar

Mónica Aguilar y su hija María Bárbara Wetzel
Zeltzin Zamora Meza
Ciudad de México /

Detrás de los triunfos de un atleta, de las horas de entrenamiento, de los tropiezos, de lágrimas y risas, siempre hay personajes que fungen como pilares, como centro de energía que son fundamentales para entender la gloria de un deportista.

Es el caso de Mónica Aguilar, mamá de María Bárbara Wetzel, una pequeña que nació con Trisomía 21, pero que a los 11 años deslumbró con su talento al conquistar el Mundial de Gimnasia Down 2015, celebrado en Italia. Orgullo nacional.

Mónica, quien ha estado al pendiente de lo que sucede en la vida de 'Bibi', relató para La Afición que como madre de una pequeña con "capacidades especiales" se necesita ser tolerante, ya que las personas, en su caso, con Síndrome de Down, "hay cosas que no se les facilita tanto, entonces tiene que haber mucho esfuerzo, mucha paciencia y muchos objetivos de muy corto plazo para ir logrando otros objetivos de mayor alcance".

Sin embargo, la señora Aguilar cree que esto no es motivo para tratarlos de diferente manera, pues las personas con Trisomía 21 están conscientes de tener esta condición genética; por ello, a María Bárbara "nunca le pongo enfrente el estereotipo o la clasificación genética que acostumbra mucha gente a ponerle", porque es molesto para ellos, de tal manera que pueden llegar a sentirse discriminados.

Al contrario, Mónica ha tratado de proyectarle seguridad y confianza, además de hacerla sentir que es una persona amada y que puede ser incluida en la sociedad como un "ser respetado, como lo somos cualquier otra persona".

Todo en la vida tiene un costo

Ser madre es sinónimo de esfuerzo, amor y entrega, palabras que describen a la progenitora de María Bárbara, a quien no le ha importado tomar días sin goce de sueldo con tal de asistir a sus competencias.

"Pido el permiso y es un permiso renunciable, en el cual renuncio a mi derecho de recibir el pago. Uno sabe que todas las decisiones en la vida tienen un costo y en este caso cuando yo tengo que viajar con 'Bibi', si no tengo vacaciones o no las puedo ajustar – que normalmente mis vacaciones las programo para las competencias – nos vamos y hacemos uso de un día económico, pero si no lo tengo, me lo descuentan", comentó.

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Asimismo, Aguilar aseguró que "uno como mamá se las sortea de todas a todas", porque tienen que saber organizarse para poder hacer un poco de todo, como levantarse temprano para ir al súper, "llegas, limpias, le das de comer a los perros, haces todo lo que tengas que hacer, te vienes a trabajar y ahí te vas organizando poco a poco y siempre prestando atención".

El reto: conseguir apoyos para personas con "capacidades especiales"

A pesar de que 'Bibi' ya cuenta con el apoyo de la Conade, previo a la ayuda de este organismo, la familia Wetzel Aguilar tuvo que pasar por varios problemas de logística para asistir a las competencias, por lo que hace unos años realizaron rifas para poder reunir fondos, los cuales lograron conseguir gracias al talento de esta pequeña gimnasta; algo que no todos encuentran fácilmente.

Pero para que las federaciones e institutos voltearan a ver a Bárbara fue necesario que traspasara fronteras, poniendo el nombre de México muy en alto.

Este fin de semana, 'Bibi' se colgó la medalla de oro tras ganar el primer lugar en el "all around" del Mundial de Gimnasia de Atletas con Síndrome Down en Bochum, Alemania.

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