Tal y como indica su larga y excelsa historia, Italia volvió a ser un equipo competitivo y siempre candidato a lo más grande tras su sonada ausencia del Mundial de Rusia. De la mano de una selección con savia nueva, aunque apoyada en piezas angulares fundamentales como Chiellini y Bonucci, la “azzurra” se proclamó campeona de Europa de la mano de Roberto Mancini. Tal y como indica Futdados la selección italiana consiguió volver a sus mejores registros apoyados en una sólida defensa y aprovechando al máximo sus oportunidades de cara a portería, vamos la Italia de toda la vida.
El director de esta nueva y con aires de renovada plantilla es Roberto Mancini, en el cual no muchos confiaban pero que ha acabado tapando muchas bocas apoyado en una dilatada carrera como jugador y como entrenador.
El seleccionador nacido en la provincia de Ancona comenzó su carrera como futbolista en la temporada 81-82 en el Bologna, equipo con el que disputó una treintena de partidos en una temporada antes de dar el salto a la Sampdoria donde se consolidó como uno de los jugadores más importantes del club a lo largo de su historia y el que más veces ha vestido su camiseta con un total de 566 apariciones con la escuadra genovesa. Allí formó una temida pareja atacante junto a Gianluca Vialli hasta la marcha de este a la Juventus.
Fue precisamente en Wembley, escenario que lo ha consagrado definitivamente como entrenador, curiosidades del destino, dónde vivió uno de sus momentos más dolorosos como jugador en aquella final de la Champions contra el Barcelona que su equipo acabó perdiendo con aquel libre directo de Koeman.
A pesar de aquella decepción, con la “Samp” conquistó cuatro Copas de Italia, una Liga y una Recopa, marcando un total de 176 goles en sus 15 años con el equipo. En esta época concedió con jugadores de la talla de Ruud Gullit, Seedorf o Ginaluca Pagliuca, pero fue ampliando también sus conocimientos técnicos de la mano de técnicos como Sven-Goran Eriksson o Vujadin Boskov. En 1997 firmó por la Lazio con la que también conquistó un Scudetto, dos Copas y una Recopa. Tras 87 partidos y 15 goles con el conjunto romano se fue un año cedido al Leicester City aunque solo disputó cuatro partidos antes de anunciar su retirada definitiva.
Con la selección italiana tampoco consiguió nunca consolidarse, en parte por su indomable carácter que le hacía enfrentarse a todo técnico con el que se topaba y también por que coincidió en una época donde un tal Roberto Baggio era el referente absoluto de la selección. Estuvo presente en un Mundial y en tres Eurocopas, anotando tan solo cuatro tantos como internacional.
Ya antes de su retirada ejerció como ayudante de Erikkson en la Lazio en el año 2000. Aunque su debut oficial como primer entrenador vino de la mano de la Fiorentina, equipo con el que conquistó una Copa aunque solo permaneció diez meses en el cargo. Tras su fugaz paso por la “Fiore” fichó por la Lazio con la cual también conquistó una Copa y logrando llegar hasta semifinales de la Uefa.
Aunque su llegada al Inter de Milán ha sido una de las más prolíficas de su carrera ya que ganó tres Scudettos de forma consecutiva y dos Copas, aunque siempre le quedó el talón de Aquiles de la Champions. Así que continuó su carrera en el Manchester City, coincidiendo con la llegada de los jeques al club y un ambicioso proyecto por delante. Tras conquistar una FA Cup, su mayor conquista fue la Liga que acabó con 40 años de sequía de la entidad en la temporada 11-12 y que además logró conquistar en la última jornada de manera agónica remontando en el descuento un partido que tenía prácticamente perdido frente al Queens Park Rangers. La hazaña hizo que el club le renovase hasta el año 2017, sin embargo, el equipo no logró el siguiente curso ningún título destacado y acabó finalmente siendo destituido.
Probó suerte en Turquía de la mano del Galatasaray pero tras un año en el que tan solo pudo lograr el subcampeonato de la liga turca hizo las maletas para volver a Italia al Inter de Milán que tantos éxitos le había dado, aunque en esta segunda etapa no puedo conseguir reeditar los éxitos del pasado y el equipo pese a completar una buena primera vuelta en la segunda temporada del técnico, se acaba desinflando para terminar cuarto. Tras rescindir su contrato se marchó un año al Zenit de San Petersburgo también con más pena que gloria antes de hacerse cargo de la selección en 2018 y lograr llevarla nuevamente hasta lo más alto tras la decepción de Rusia.