Se termina el partido más esperado del fin de semana. El Clásico Joven nos dejó un gran partido en la cancha del Estadio Azteca, teniendo 4 goles en el partido y muchas emociones.
Los duelos entre Cruz Azul y América sí son clásicos, porque muchas generaciones se han criado con ellos. Basta ver las tribunas del estadio Azteca para darse cuenta de ello. Y en una noche especial, las Águilas doblegaron y apaciguaron la alta moral de La Máquina. No, el equipo del Tano Ortiz no se sintió visitante, lo fue administrativamente, pero de igual modo impuso su jerarquía un 1-3 que mantiene las buenas sensaciones para los de Coapa y deja a los celestes, heridos, pero con la convicción de levantarse.
Consciente de que América es un equipo con un poder ofensivo mejor que el de cualquier otro equipo en la Liga, el Tuca evitó riesgos, recurrió a una fórmula defensiva, el estratega celeste cerró todos los circuitos azulcrema.
Tapó las bandas con Huescas y Rivero, y en la central el músculo de Cata, Funes Mori y Escobar. Línea de 5 y tres volantes en medio: Lira, Rotondi y Rodríguez con un solo objetivo: evitar que América fluyera con la pelota. Y en ataque lo que Antuna y Estrada pudieran rescatar, a jugarse la vida mientras el resto tenía como prioridad destruir.
Mientras, América fue fiel a su idea, salió en busca del partido y asumió la iniciativa, pero hay que decirlo, funcionó mejor el plan del Tuca que el del Tano Ortiz, quizá por aquello de que es más fácil destruir que construir. Aunque el primer aviso serio lo dio Cabecita, cuando el charrúa puso la pelota en el palo con un tiro raso tras una buena jugada.
Después de eso, vino un instante de lucidez y electricidad por parte de los celestes. Una jugada en la que desprendieron con rapidez, en las afueras del área Rotondi tocó para Antuna, Fidalgo quedó cortó para cortar el envío y Uriel batió a Luis Malagón. De nuevo América a remolque, de nuevo otro ejercicio de persistencia.
Entonces entró en juego la operación defensiva de La Máquina, que se replegó y llegó a juntar hasta 10 jugadores por detrás de la pelota. Todo iba bien, el plan de partido de Ferretti estaba negando y nublando al América, incluso algunos jugadores dieron alguna muestra de empezar a desquiciarse.
Malagón evitó que Rotondi pusiera el marcador más adverso para los de Coapa y después se perdió el empate Valdés en un buen centro de Layún, pero el partido no se encendía, y no lo hacía porque era muy trabado de un solo lado, con el balón solo en una parte del campo, aunque en algunos avisos La Máquina salía con cierta velocidad, pero se le acababan las ideas en la última zona.
El reloj avanzaba, Cruz Azul veía la tierra prometida del primer tiempo cerca, pero de pronto el juego tuvo una doble circunstancia que lo cambió por completo. Primero, América logró una buena acción en la que Zendejas acabó en la frontal, el balón le quedó a la zurda y solo le metió la parte interna para ponerla lejos de Corona al 42’. Y la segunda fue una acción innecesaria de Michael Estrada, quien pisó en el medio campo a Fidalgo. El VAR llamó a Fernando Guerrero y el silbante mostró la roja al ecuatoriano.
Tras el paso por vestuario inició otro partido. Tuca mandó a Tabó por Rotondi, pero no cambió la línea de cinco, pero América pegó muy pronto. Henry le robó le balón en la salida a Lira y se la dejó a Zendejas,y éste de nuevo le pegó con zurda y otra vez venció a Corona al 46’. La máscara que usó no fue impedimento para que brillara.
Eso puso a Cruz Azul con una rodilla en la lona y con la disyuntiva: atacar o defender, si hacía lo primero debía dejar espacios y si se mantenía atrás no le iba a dar vuelta al resultado. El problema para La Máquina se hizo más grande cuando llegó el tercero.
Al 63’, Valdés conectó con Henry, gran pase y mejor control del yucateco, quien mató la bola, giró y definió con prontitud con la derecha ante el achique de Corona. América liquidaba el partido, porque no se veía modo de cómo Cruz Azul pudiera rescatar algo, lo mejor para ellos era tratar de evitar una goleada.
Lo sobrellevó América, que no hizo sangre, mientras Cruz Azul acabó conforme, el daño pudo haber sido más grande y no lo fue, se queda con la sensación de que en la recta final debe mejorar esos detalles como la expulsión y la pérdida de pelota en la salida.
América es una amenaza seria para la Liguilla, porque viene en franco crecimiento. La Máquina ahora deberá enfocarse en asegurar su puesto en el repechaje como local, está en sus manos lograrlo. El clásico joven, fue para los de Fernando Ortiz.
DAO