“El mejor Clásico Tapatío en años”, fueron las palabras con las que un aficionado definió la rivalidad más añeja del futbol mexicano.
Los rojinegros y el Rebaño cumplieron en la cancha, al igual que la tribuna, el ambiente, el sabor que le da el Estadio Jalisco y que dejó la grata sensación de un partido redondo.
Camisetas de ambos equipos, desde niños hasta personas de la tercera edad acudieron a la cita, los elementos de seguridad para el operativo fueron mil 200, situación que ayudó para que se viviera un amigable ambiente.
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Sin embargo, el ingreso al recinto fue un calvario, las filas para ingresar tras mostrar el Fan ID fueron de más de una cuadra, los ingresos atiborrados, la desesperación por entrar y las quejas por los intrusos que se metían a la fila.
“Fórmense, cule… no seas así”, se escuchó a alguien gritar entre el tumulto de quienes ansiaban entrar al Jalisco.
El aforo mejoró tras el pitazo inicial, pues previamente en las gradas lucieron huecos, los aficionados seguían en la fila para mostrar su identificación.
La espera valió la pena, el Clásico Tapatío dejó emociones para ambas aficiones, los cánticos, abucheos, brincos rítmicos y goles hicieron que se viviera una de las mejores ediciones.
JMH