El Clásico Nacional tiene cientos de historias, algunas de ellas están vinculadas con los personajes que han pasado por ambas instituciones, uno de ellos fue el húngaro Jorge Orth Wirth, quien fue el primer entrenador extranjero en la historia que dirigió a ambos clubes.
Y no fue cualquier personaje, pues en sus tiempos de jugador llegó a ser visto como el segundo mejor jugador en Europa, es cierto que su carrera como futbolista la desarrolló, sobre todo, en su país, aunque también llegó a militar en clubes de Italia o Francia.
En la época de la posguerra, Orth Wirth repartía alegría en los campos de juego, pues el mundo aún estaba en reconstrucción después de la Primera Guerra Mundial. Y también jugó partidos con la selección de Hungría.
Cuando concluyó su etapa como jugador emigró a Alemania, país en el que inició su preparación para formarse como entrenador, emprendió estudios de Educación Física, los cuales realizó en la Academia Superior de Berlín. Fue el primer paso para una carrera que lo llevó a ejercer dicha profesión hasta en nueve países y a tres selecciones nacionales.
De hecho, se presentó en el Mundial de Uruguay 1930 al mando de la selección de Chile. Después de esa travesía regresó a Europa para entrenar algunos clubes de la Segunda División de Italia. En la década de los 40, regresó al continente americano, dirigió en Argentina y después llegó a Chivas para la temporada 1946-47, donde fue impulsor de jugadores mexicanos, algo que ayudó en los primeros años del Guadalajara en la época profesional.
Orth fue de los pioneros en hacer de Chivas un equipo que compitiera, su fe en que el Guadalajara lograría trascender quedaron claras cuando llegó a decir: “Lucharemos por conquistar nuestro primer campeonato, y si no llegara a ser así, será porque Dios no quiere; pero cuando yo muera y ustedes sean campeones, ¡porque habrán de serlo!, quiero que al partido siguiente, salgan con un listoncito negro”.
Tras tres temporadas en Chivas dejó la institución rojiblanca y para la Temporada 1950-51 llegó al banquillo de América, pero su andadura por las Águilas no fue tan provechosa, pues solo dirigió 11 partidos de los cuales apenas fue capaz de ganar 1, empatar 3 y sumó 7 descalabros, lo que le abrió la puerta de salida del club, pero dejó su nombre en la historia al ser el primer extranjero en pasar por los dos equipos más grandes de México.