Pertenecen a museos, han estado guardadas por las familias de las leyendas deportivas o han sido parte de las colecciones privadas de algunos afortunados que pueden pagar por ellas, a continuación repasamos los cinco objetos de memorabilia deportiva por los que más se ha pagado en subastas en los últimos años.
Hace apenas unos meses en diciembre de 2019 se rompió el récord general en la memorabilia deportiva cuando el manifiesto original para la fundación de los Juegos Olímpicos modernos se vendió en 8.8 mdd después de una subasta que duró 12 minutos. El discurso escrito en 1892 por el fundador del Comité Olímpico Internacional, Pierre de Coubertin, donde da a conocer los valores y fundamentos del nuevo movimiento olímpico con la intención de traer los Juegos de vuelta tiene el récord histórico hasta ahora.
Antes de este documento, los récords le pertenecieron a dos jerseys de Babe Ruth. En junio de 2019 se pagó 5.64 mdd por parte del uniforme de la leyenda de los New York Yankees utilizada entre 1928-1930, pero previo a esa subasta, en 2012 ya se había pagado 4.4 mdd por el jersey más antiguo que se tuviera en existencia que data de 1920, su primera temporada tras llegar de los Red Sox.
El jersey de la subasta de hace un año fue una de las 400 piezas de memorabilia que la familia de Babe Ruth y coleccionistas privados pusieron en subasta en el Yankee Stadium. Previo a que de manera esperada los objetos de Ruth rompieran los récords, en 2010 se llegó a pagar 4.3 mdd por la “Biblia del basquetbol”, es decir por las primeras reglas del baloncesto escritas por el creador del deporte James Naismith.
Por último las legendarias tarjetas de beisbol no podían quedar fuera ya sea por su antigüedad, lo bien conservadas que están o por la pequeña cantidad de ejemplares que hay suelen estar en las listas de coleccionistas. El honor le pertenece al shortstop Honus Wagner de los Pirates de Pittsburgh ya que se llegó a pagar 3.12 millones por una tarjeta de él de 1909.
¿Y el bat de Babe Ruth? Seguro han escuchado también sobre el pagó de más de un millón de dólares por este artefacto, pero en realidad han sido dos. En diciembre pasado se vendió con el que pegó en 1929 el jonrón 500 de su carrera, pero ya en 2004 se había pagado 1.2 millones por el que utilizó en la inauguración del Yankee Stadium en 1923. Ambos llegan a estar dentro del Top 10 en la lista.