Fue el 21 de junio de 1959 cuando este recinto, por demás icónico para, no solamente la sociedad tapatía, sino todo aquel admirador de la lucha libre mexicana, abrió sus puertas. Recién cumplidos sus primeros 65 años de vida, la Arena Coliseo de Guadalajara, se ha convertido en casa y lugar de nacimiento de grandes glorias del pancracio nacional.
Fue el señor Salvador Lutteroth González, considerado el padre de este deporte en México, quien construyó este coliseo donde a lo largo de los años, grandes gladiadores se han dado cita para enfrentarse entre sí y quedar grabados en la historia de este deporte que tuvo su auge en nuestro país.
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El colotlense Lutteroth, con 40 mil pesos que ganó en un sorteo de la Lotería Nacional, sentó las bases de la lucha libre mexicana. Primero, llevó este deporte a la Ciudad de México y después regresó a su Estado natal para comenzar la construcción del máximo recinto para llevar a cabo la lucha libre en Jalisco.
Primer evento en la Coliseo
Curiosamente, no fueron las piruetas y llaves, las que inauguraron este lugar, sino una pelea de box entre el Chiquis Rosales y Joe Medel, el 20 de junio de hace 65 años. Al día siguiente, el 21 de junio, fue que se dió la primer lucha, con una cartelera de lujo, pues se enfrentaron Blue Demon y El Espectro en un espectacular mano a mano.
A partir de entonces el arte del pancracio Jalisciense comenzó a posicionarse como referente a nivel nacional y la Arena Coliseo como el templo de grandes dioses de la lucha y grandes maestros de esta arte deportiva, que además se erige como patrimonio cultural mexicano para el mundo.
Personajes como Cuauhtemoc El Diablo Velasco, Gran Cochis o Daniel López El Satánico han contribuido a mantener y acrecentar la leyenda de la Arena Coliseo y las figuras que han surgido de la casa de la lucha libre en Jalisco.
Recinto artístico dentro y fuera del cuadrilátero
Por supuesto, la Arena Coliseo cuenta con un sinfín de destacadas figuras que han engalanado el ring y el gimnasio de este recinto histórico. Pero además, hay pinturas y murales de grandes pinceles tapatíos, como el mítico monero Trino o el muralista David Eusebio, cuyos trazos dan aún más vida a este lugar.
En la explanada que da ingreso al público rumbo al lugar donde se dan cita los gladiadores, se puede observar un mural pintado en ocasión de los 50 años de la arena, por uno de los moneros más destacados que ha dado esta tierra: Trino Monero.
También, desde los techos hasta el área de compra-venta de antojitos y los baños, cuentan con un gran colorido, gracias al trabajo del artista David Eusebio, quien el año pasado realizó un mega mural para conmemorar el 64 aniversario del Coliseo tapatío. En él retrata sus grandes pasiones como lo es este deporte de golpes y acrobacias, así como los trazos inspirados en Picasso y la corriente del Cubismo.
Martes de Glamour, tradición tapatía heredada por la Coliseo
Sin duda alguna, uno de los máximos legados que la Arena Coliseo ha dejado a lo largo de su historia en la capital tapatía, son los espectaculares, Martes de Glamour. Este evento semanal, reúne a grandes exponentes de la lucha libre de ayer, hoy y siempre.
Es en esas batallas donde se forjan las próximas leyendas de este deporte tan mexicano, que ha trascendido fronteras y donde varios de sus exponentes han llevado a lugares tan remotos como el Japón, este patrimonio tan mexicano y tan jalisciense.
En la glamorosa cita semanal se reúnen toda clase de personas de la sociedad tapatía, desde las personas más ricas o acaudaladas, hasta los pobres o 'la perrada'. Todos conviven para alentar o increpar a los actores principales de este espectáculo. Lo hace más especial la interacción que tiene el luchador con el público.
En este tipo de funciones se rompe la barrera de la cuarta pared. Así como la afición se mete con los luchadores, ellos responden y cariñosamente regresan los insultos de los que se hacen acreedores depende de el bando que defiendan, rudo o técnico.
Es así como el recinto, enclavado en la calle Medrano 67, en pleno centro de Guadalajara, celebra sus primeros 65 años de entretenimiento, cultura, tradición y pasión.
OV