Hace 40 años el Hijo del Santo continuó con el legado de su padre Rodolfo Guzmán Huerta, el Enmascarado de Plata.
Lunes 18 de octubre de 1982 en Nuevo Laredo, Tamaulipas el hijo de la Leyenda de Plata subió por primera vez al ring con la indumentaria del más grande ícono de la lucha libre. Esa función que comenzó a las 21:00 horas debutó a lado de Ringo Mendoza para enfrentar a Sangre Chicana y Coloso Colosetti, luchadores con los que el pasado martes festejó su onomástico en el pancracio con una comida.
“Antes del 18 de octubre luché en Tulum y me fue muy bien, lo que yo quería era festejar mis 40 años activo, luchando, estuve muy contento. Mi productora me preguntaba si queríamos hacer una función muy grande y dije que no, yo quería algo muy sencillo y elegí invitar a comer a mis rivales y a mi compañero de debut. Tres luchadores ya veteranos: Ringo Mendoza, no pudo venir porque vive en Mezcala, Jalisco y está delicado de salud, fue un gran luchador en los 70, tuvo mucho éxito y fue muchas veces compañero de mi papá.
Sangre Chicana, que le decían el Pocho Maldito, Andrés Richardson y en ese tiempo cuando él me debutó era un salvaje, los mejores rudos de esa época fueron él y el Perro Aguayo y el otro rudo es Coloso Colosetti, argentino con una historia muy bonita, ellos fueron mis invitados”, indicó en exclusiva para Milenio, La Afición.
Asimismo, el Enmascarado de Plata recordó cómo fue aquella noche donde por primera vez usó la mítica máscara e indumentaria que convirtió en leyenda su padre, el Santo.
“Las funciones en Nuevo Laredo eran los lunes. Volé muy temprano a Nuevo Laredo y llegué al aeropuerto, fueron por mí y cuando empecé a ver las paredes tapizadas con las carteleras y ver mi nombre ahí me emocionaba, me ponía nervioso, pero cuando ví a los rivales casi me regreso en el vuelo, pero dije, ya estoy aquí.
Fue un día muy largo porque ya tenía la ansiedad de que se llegara la hora, era a las nueve de la noche y a las once de la mañana andaba caminando por las calles, me fui al hotel, traté de concentrarme, mi equipo estaba listo, impecable, nuevo y finalmente se llegó la hora. Cuando llegué a la arena vi muchísima gente afuera y cuando entré el lugar ya estaba lleno, la gente que estaba afuera ya no pudo entrar.
Ingresar por primera vez a un vestidor como estrella, yo iba en la lucha estelar y saludar a los compañeros, me veían con duda, ¿este chavo la podrá hacer?, pues imagínate, el Santo es un monstruo y lo que hice fue que me vestí de una forma ceremoniosa, me encomendé a Dios, me subí al ring y fue una gran emoción ver el lugar lleno y corear mi nombre.
Increíblemente puedo decir que cuando pisé el ring me sentí muy seguro de lo que sabía hacer, fue una buena lucha, muy difícil, pero la gente estuvo conmigo”, puntualizó el Hijo de la Leyenda, quien en toda su carrera ganó 63 luchas de apuesta en las que destacan las cabelleras del Negro Casas, Scorpio Jr, El Dandy, Brazo de Oro, etc, así como decenas de campeonatos en las mejores empresas de lucha libre en el mundo: CMLL, Triple AAA, UWA (Universal Wrestling Association), WWA (World Wrestling Assosiation), etc.
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