De acuerdo a las cifras oficiales emitidas por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, de enero a noviembre del 2021 la violencia familiar en contra de la mujer ha tenido un aumento del 20 por ciento, al registrarse 214 mil 277 casos, mientras en 2020 se registraron 184 mil 464 delitos en contra del género femenino.
Dentro de estas alarmantes estadística se encuentran algunas de la luchadoras mexicanas, ya que el gremio del pancracio se había distinguido durante mucho tiempo por ser una disciplina machista debido a lo tradicionalista que es; sin embargo, las gladiadoras han superado gritos, golpes, insulto, acoso lágrimas y sangre para ganarse el respeto y la admiración del público y de sus propios compañeros, quienes poco a poco han dejado de lado los actos que denigran a la mujer.
"No nos pueden lastimar"
La luchadora Sexy Dulce admitió que estuvo a punto de quitarse la vida debido al maltrato psicológico que vivió por parte de una de sus exparejas, pero encontró en la lucha libre el refugio perfecto para renacer y convertirse en una figura del pancracio.
"Empecé en la lucha libre por una depresión que tuve, donde estuve al borde del suicidio y la lucha libre me salvó. Fue por un maltrato psicológico por parte de una ex pareja. Las heridas psicológicas y emocionales son para toda la vida, mientras las heridas físicas se borran con el tiempo, entonces eso me hizo acercarme a los deportes de contacto".
Asimismo, la gladiadora recordó lo complicado que fue incursionar en el mundo del pancracio. "Cuando llegas siempre quieren golpearte fuerte para que nos vayamos llorando a casa; eso fue lo primero que viví al enfrentar a hombres, pero yo entrené este deporte justamente para enfrentarme a hombres. A mí me llamó la atención por la situación que yo enfrenté, quería demostrarles que no nos pueden lastimar y que la violencia en contra de la mujer no debe existir”.
Tiffany, heredera de la legendaria luchadora llamada la Diabólica, recuerda que su madre sufrió más actos machistas que ella, ya que en sus inició le aventaban objetos, pues los fanáticos las querían bajar del ring.
"Cuando empezaba allá por 1993 el machismo estaba más arraigado; en ese entonces los luchadores veteranos no nos querían, de pinches viejas no te bajaban, nos decían: ‘lárguense a lavar los trastes, a barrer, trapear o cuidar a sus hijos’; ellos o el público nos aventaba cosas, pero yo sabía que algún día nos iban a aceptar. Ahorita gracias a Dios no es nada comparado con lo que era antes. Mi mamá, la Diabólica pasó por cosas más feas porque cuando inició no se permitían luchas femeninas. Ellas nos abrieron camino y ahorita los compañeros nos ayudan, nos protegen y nos cuidan", comenta.
La lucha ha evolucionado
Diosa Quetzal recordó que, en sus inicios, sus compañeros gladiadores la intimidaban para que se alejara de la lucha, pero que, con el paso del tiempo, eso cambió.
"Cuando yo iba iniciando sentía mucho el machismo, en luchas mixtas me llegó a tocar que hombres me dieran una friega y me decían mientras me pateaban: '¿querías ser luchadora no?'. Sí considero a la Lucha Libre machista, pero hablando de generaciones pasadas. Este es un deporte tradicionalista y es feo que se sigan espantando que una mujer también puede luchar.
Por otro lado, dos de las luchadoras más emblemáticas en la actualidad del Consejo Mundial de Lucha Libre son Lluvia y La Guerrera, quienes son hijas de Sangre Chicana y Bronco González, respectivamente, quienes cuidaron de ellas para que no sufrieran actos machistas.
"En lo personal no he recibido un acto machista por parte de compañeros, sí he escuchado comentarios que no nos dicen directamente y ahora queda en uno ponerse el saco. Las amazonas se han ganado el lugar con sacrificio y esfuerzo, por eso en el 2021 la gente nos pidió en el aniversario", dijo la enmascarada.
Por su parte La Guerrera indicó: "No he sufrido machismo, ni ningún otro tipo de violencia porque tuve a mi papá que me guió, me protegió para que no pasara por eso".
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Ya hay igualdad salarial
La luchadora Amapola asegura que nunca ha sufrido algún acto de violencia por parte de compañeros, maestros o el público que asiste a las funciones del CMLL; incluso, reconoce que en la empresa no existe la desigualdad salarial como en algunos otros deportes.
"Nosotros estamos por porcentaje, dependiendo de la gente que entre a la arena y hay un tabulador. La primera lucha tiene un porcentaje, la segunda otro y así sucesivamente. Si las mujeres nos subimos en una tercera lucha o semifinal el porcentaje es más alto que el de la segunda, sin importar si son hombres o mujeres. Gracias a Dios no sufrimos por ese tipo de desigualdades", concluye.
SFRM