La lucha libre mexicana tiene muchas historias a lo largo de sus casi 90 años de vida, muchas –si no es que la mayoría- se han escrito sobre un cuadrilátero, pero otras involucran a los mejores exponentes del pancracio fuera de sus actividades profesionales.
La historia que a continuación se cuenta no tiene ningún registro oficial, pero es una leyenda que se ha contado por generaciones e incluso hay quienes piensan que pudo haber sido cierta. Involucra a las leyendas de la lucha libre mexicana El Santo y Tinieblas, al igual que al capo del narcotráfico Rafael Caro Quintero.
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El capo de 69 años y el deporte tienen cierta relación, pues uno de sus hijos Héctor Rafael Helenes, representó a México en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008; pero su padre, amante de la lucha libre, habría cumplido uno de sus más grandes deseos en el año de 1987, cuando supuestamente habría pagado una fuerte suma de dinero para concretar una lucha privada de máscara contra máscara entre Tinieblas y Mil Máscaras.
Aquel evento, se dice, fue sumamente exclusivo, acudieron solo amigos y familiares muy cercanos de Rafael, donde al final de la contienda, Mil Máscaras logró despojar de la máscara a Tinieblas, quien de cualquier forma, habría dado sus condiciones para que dicho combate se celebrara, y es que tanto su nombre real como su identidad no fueran exhibidos más allá de aquellos que estuvieron presentes en la función.
EL SANTO, OTRO DE SUS CAPRICHOS
Dicha leyenda también revela que poco después del combate con Tinieblas, Caro Quintero organizó otra función privada con El Santo y de nueva cuenta Mil Máscaras, quien según el canal de YouTube Más que mucha lucha, el vencedor sería de nueva cuenta Mil Máscaras.
Los términos de aquella presentación fueron los mismos; sin embargo, a dicha exhibición se habría logrado colar un reportero de lucha libre disfrazado de mesero, quien poco después reveló lo ocurrido esa tarde, algo que marcaría su destino, pues a los pocos días habría sido encontrado sin vida.