La Lucha Libre en México es un sueño tanto para hombres como para mujeres, pero en ninguno de los dos casos el camino es fácil, aunque la tendencia se inclina más difícil para una gladiadora que para un varón, pues existen muchas situaciones como la misoginia y el machismo.
En la historia de la lucha libre existieron mujeres valientes que pavimentaron un camino para que muchas niñas sueñen con llegar a ser grandes estrellas, como: Irma González, Natalia Vázquez o La Dama Enmascarada, primera gladiadora en usar máscara, entre otras.
Para remontarnos a la primera mujer que pisó un cuadrilátero, hay que ir hasta 1935, fue en ese año donde nació la leyenda de Natalia Vásquez, primera gladiadora que subió a un ring en la Arena México, haciendo equipo junto a luchadoras estadunidenses y marcando un hecho sin precedentes al ser la primera lucha femenil en el histórico recinto.

Legado femenil
Para Reina Dorada su afición y amor por la lucha libre nació al ver en la televisión a la que en ese entonces fue su ejemplo a seguir: Sexy Star, figura en la que se inspiró para crear un personaje y llegar a las grandes ligas.
“Yo veía las luchas en la televisión, me gustaban y un día vi a una luchadora que se llamaba Sexy Star, un personaje de la empresa y dije: ‘yo quiero ser como ella’, y así fue como empezó este duro camino de la lucha libre”, comentó Reina Dorada en entrevista con MILENIO La-Afición.
La enmascarada mexicana de 27 años, originaria de la Ciudad de México, siempre ha sido una mujer de retos, porque para ella nada es imposible y siempre está dispuesta a exigirse al máximo con tal de concretar sus metas.
“A mí me encantan las cosas difíciles, me encantan los retos, me encanta saber hasta dónde puedo llegar y ahorita es lo que estoy calando. Así como persona, también profesionalmente y aquí estoy, no soy ni el 10% de lo que voy a hacer y estoy muy feliz por cada paso que doy. Cada día me esfuerzo más, cada día hago muchas más cosas para salir adelante y la verdad es que estoy contenta por cómo estoy llevando la situación de las cosas”, agregó.
La realidad de una luchadora
Sin embargo, las cosas se empezaron a complicar cuando se inició en el mundo de la lucha libre, desde pagos injustos, desprecio y conocer el machismo y la misoginia, también soportar a aficionados que no tienen respeto por las gladiadoras.
“Me dijeron que a las luchadoras nos iban a pagar menos, que no podíamos luchar como los hombres, la verdad es que sí, es un deporte muy machista, hablando no solamente del medio por dentro, sino también los fanáticos, muchas veces los promotores, y esto es algo que sí, con lo que te enfrentas”, comentó.
Pensó en tirar la toalla
El momento de tirar la toalla llegó a pasar en algún momento por su cabeza y dedicarse de lleno a su carrera profesional como nutricionista; no obstante, el amor por la lucha libre fue más grande y decidió seguir detrás de su sueño.
“En algún momento pensé en renunciar, pensé en dedicarme a mi carrera profesional, pero la verdad es que me ganó más el decir, ‘claro que puedo hacerlo’ y aquí estoy y no me voy a rendir. Yo sé que son épocas y etapas donde te entra la idea de decir, hay que dejar esto a un lado, pero la realidad es que hay que seguir tus sueños, vamos a seguirle dando y a lograr todos los sueños que nos propongamos”, añadió.
Se siente autorrealizada
Cuando sale de gira con la tres veces estelar, las niñas y niños se le acercan para pedirle una foto o un autógrafo, en automático ella se refleja en esos niños, pues alguna vez fue uno de ellos.
“La verdad es que me reflejo mucho cada que una niña o un niño se me acerca, porque yo también admiraba a las luchadoras y pues es un sueño, todo el mundo tenemos derecho a realizar nuestros sueños, porque si no, ese niño que no cumple sus sueños puede ser más adelante un adulto frustrado y eso es lo que menos necesitamos en el mundo”, concluyó.
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MGC