Una de las cartas fuertes del Consejo Mundial de Lucha Libre es la talentosa Stephanie Vaquer, quien desde su llegada a México ha hecho historia al convertirse en la primera luchadora sudamericana de este organismo.
A ocho años de su arribo a nuestro país, la gladiadora chilena hizo una retrospectiva en su carrera, en la cual ha tenido tropiezos y grandes glorias, por lo que en charla con MILENIO-La Afición expresó el enorme orgullo que le genera ser pionera de la lucha sudamericana en México.
“No planee ser la primera sudamericana en el Consejo Mundial de Lucha Libre, pero el llegar al CMLL fue un sueño; me costó poco más de 7 años llegar a las filas y ser amazona. Ser la primera sudamericana en lograrlo me llena de orgullo.
“La lucha fue amor a primera vista, no tengo familiares luchadores y en Chile no hay lucha libre, recuerdo que la primera vez que lo vi luchas fue en televisión, después comencé a ver videos en YouTube, pero nunca tuve la oportunidad de verla en persona, y cuando la empecé a practicarla me enamoré mucho más, me volví una apasionada de este bello deporte que es mi vida”, expresó la andina, quien ha absorbido la enseñanza de grandes exponentes del pancracio como Villano IV, Ricky Marvin y el Gran Apache.
El difícil camino para ser figura
Stephanie recordó que debido a una fractura en la cara pasó hambres, pues dejó de trabajar un año, pero esto no impidió que lograra conquistar su sueño de ser una de las luchadoras más queridas y reconocidas del Consejo Mundial de Lucha Libre.
“Lo más difícil fue llegar a otro país, con otra cultura, sin familiares, sin conocidos. Lamentablemente tuve una lesión que me impidió trabajar, no tenía departamento y literal no tenía ni para comer, fue muy difícil. Sufrí una fractura en la cara que me dejó un año fuera y tuve que trabajar de mesera en un restaurante cerca de la Arena México. Era mi segunda o tercera lucha y me tocó un mano a mano por un campeonato, yo no tenía la experiencia, pero necesitaba esa lucha y ese dinero, lamentablemente recibí unos rodillazos en el rostro y me fracturé la nariz en tres partes”, contó la andina.
Incluso, la situación fue más dramática: “El promotor pagó el hospital. Cuando me fracturé tuve una contusión porque la luchadora me pegó con una silla en la cabeza, paré al hospital y el promotor me dejó con mi maleta ahí, era en Mérida (Yucatán), yo no conocía a nadie, afortunadamente estaba consciente, y terminando de ahí tenía media hora para llegar al aeropuerto y no quedarme varada; no recuerdo como salí del hospital, pero pude regresar a la Ciudad de México, ya acá estuve en un hotel y no podía dormir, alguien tenía que cuidarme por si tenía un coágulo, fueron días bastantes difíciles”.
Profesional en los números
Vaquer no solo es una magnífica luchadora, la chilena también tiene una enorme destreza con los números, ya que antes de venir a México terminó su carrera.
“Estudié administración de empresas, ahí alcancé a titularme y después comencé a estudiar Comercio Exterior, esa ya no la terminé porque se dio la oportunidad de venir a México y como tenía contemplado estar solo seis meses acá, pensé ‘cuando regrese la termino’, pero ya llevo ocho años viviendo acá”, dijo la amazona.
Eso sí, admite que nunca pasó por su mente tener un trabajo rutinario: “Estaba estudiando y todos los días pensaba, ‘no quiero estar en una oficina, lo mío es la lucha. La escuela fue para darle gusto a mi papá. Yo soy una persona impulsiva, cuando empecé a trabajar tenía 16 años y empecé a juntar dinero y dije: ‘quiero ser luchadora y solo tengo una vida y lo haré’, mi propósito era venir a México a aprender porque acá está la mejor lucha libre del mundo”.
La lucha con el machismo
La gladiadora andina reconoció que ha tenido que enfrentar diversas situaciones machistas, pero las ha logrado superar gracias a su enorme talento y calidad sobre el ring.
“Lamentablemente como mujer tienes que batallar con eso todos los días, y en la lucha libre, como en todos los trabajos todavía está el machismo y muy fuerte. En lo personal he batallado con eso de que hacen mucha diferencia entre hombre y mujer. Cuando quise aprender lucha lo primero que me dijeron fue que era un deporte para hombres no para mujeres. Es triste tener que hacer un doble esfuerzo en tu profesión y en la vida diaria con eso del machismo, algo que no debería existir. Las que estamos ahora debemos luchar para que algún día esto se erradique”.
MGC