A lo largo de la historia, el deporte amateur en México siempre ha estado envuelto en polémicas, señalamientos, críticas, quejas de los atletas, escándalos de los federativos… De ahí que estar al frente de la Conade no es una tarea fácil, y Ana Guevara, su actual directora, lo sabe, pues en esta gestión ha tenido que administrar el presupuesto y lidiar con la inconformidad de los deportistas acuáticos por el tema de las becas.
Con los Juegos Olímpicos a la vuelta de la esquina, la dirigente platicó en Café Milenio-La Afición con Rafael Ocampo, Agustín Martínez, Miguel Ángel Arizpe y Minelli Atayde, donde habló de su trabajo, su legado, el pronóstico de medallas para México en París y su futuro en la Conade o en la política.
¿Qué significa París para ti?
París es el reto, yo creo que es la culminación de este trabajo y para mí París tiene mucho significado, ahí fui campeona del mundo. Por primera vez bajé de los 50 segundos y también puedo presumir el récord del estadio. Así que para mí París tiene un gran sentimiento y en esta ocasión guarda un doble sentir, porque ahora me toca acompañar al equipo mexicano después del trabajo realizado y ver que van a realizar su sueño, así que París es todo un reto.
¿Tienes un cálculo de medallas?
La apuesta es ambiciosa. La mira está puesta en rebasar el histórico que son nueve. Me toca hacer que la mesa esté puesta para que ellos vayan y compitan en las mejores condiciones y que tengan esta garantía. Y ellos harán su labor, pero ponerle nombre y apellido a las medallas les genera una carga extra a los atletas y sé que eso no es lo correcto. Yo le diría a la gente que tenga la confianza de que hemos hecho lo mejor para que nuestros deportistas lleguen a competir de la mejor manera a París.
¿Cómo es tu relación con María José Alcalá?
La relación es institucional. Marijose es una atleta contemporánea, momentánea, vamos a decirlo así. Ella estaba en el ocaso de su carrera deportiva cuando yo llegué al Comité Olímpico y siempre hubo una admiración y respeto. Actualmente, como lo ha sido siempre, es una relación meramente institucional en el estricto respeto de la responsabilidad que tienen ambas instituciones. Y prevalece la responsabilidad, el recurso, pues el Comité Olímpico es un coadyuvante colaborador del Estado para este tipo de eventos: Juegos Centroamericanos, Juegos Panamericanos y Juegos Olímpicos, y hemos actuado y hemos hecho que el equipo esté mejor. Sigue habiendo reuniones, acuerdos para que el equipo esté lo más arropado y lo más seguro para los Juegos Olímpicos.
¿Cómo quieres que te recuerden como directora de la Conade?
De haber hecho una página de la historia, haber replanteado una nueva forma de ver el deporte y demostrarles que sí podemos hacerlo. Yo creo que un hecho fehaciente de lo que hablábamos hace un momento de las numeralias y del ejercicio de estos últimos Panamericanos, Brasil estaba atemorizado porque decía: ‘se nos está acercando demasiado a México. ¿Qué está haciendo México? ¿Qué está pasando en México?’. Porque los medios de comunicación dicen: es que el Gobierno redujo el presupuesto. No, hemos hecho más con menos; más eficiente, más puntual.
¿Qué le falta al deporte en México?
Nos falta plan. Porque si ya sabemos que somos buenos en box, desarrollemos más box. Si sabemos que somos buenos en ciclismo, más ciclismo. Hay buen taekwondo, más taekwondo, tiro con arco... Podemos ir abriendo el abanico de más disciplinas. Es más, hagamos plan y estrategia, sí lo tenemos, pero el problema es que todo se lo achacan a la Conade.
¿Hay manera de medir si la gente se está moviendo para hacer deporte?
Sí se está moviendo. Cada estado tiene su política y la Conade acompaña y aporta para que el descubrimiento de su nuevo talento también se logre. No solamente del deporte, la actividad social, el deporte popular, recreativo. Ahí es donde nos desdoblamos al primer escalón y al cual no alcanzamos a llegar nosotros como institución; el primer escalón es el municipio, es cuando se replantea la necesidad de cambiar la ley. Utilizar el tema del deporte representa salud, organización y bienestar.
¿Te sigues viendo al frente de la Conade?
Estoy enfocada en el tema de París, no es una determinación que quede en mi persona. Creo que hay elementos en la mesa que hablan por sí mismos de la continuidad del proyecto, que lo que ya cimentamos es viable. Es una determinación que tiene que tomar quien llegue y valore si esa continuidad es pertinente o no; los moldes se van a quedar y yo estaré dispuesta a la misma responsabilidad de seguir sirviendo a mi país ahí o en otro lugar. Yo no estoy haciendo solicitud de chamba, tengo un reto y una gran emoción de darle cumplimiento al objetivo final de lo que vamos a hacer en esta administración que es París.
También, el modelo de analíticos que implementamos en la Conade, el cual dio trazabilidad a la efectiva ejecución del recurso y de los resultados deportivos ya lo adoptó Panam Sports, ese es el legado de mi administración para el deporte del continente, no solamente de México.
¿Te gustaría lanzarte a la política a algún puesto?
No, estoy fuera de tiempo. Culminaré la administración con el compromiso que hice con el Presidente con los resultados de París y no estoy contendiendo para ningún puesto público. Ya la vida lo dirá, creo que la expertis y el legado que me ha dejado a mí la Conade ha sido más aprendizaje, porque más allá de quererme acongojar con tantas auditorías, tanto desgaste, tantos dimes y diretes, me han hecho el cuero más grueso de conocimiento y de apostar; me he hecho más fuerte de conocimiento y de temple.
¿Qué sentiste cuando ganaste tu medalla en Atenas 2004?
Yo creo que nos toca vivir muchas etapas como atletas. Esta ilusión de ser por primera vez seleccionada nacional, de ir por primera vez a unos Centroamericanos, Panamericanos, al primer Mundial. Afortunadamente, Raúl Barreda, mi entrenador, me hizo soñar despierta de que esto iba a ser posible. Específicamente ese año, los Juegos Olímpicos del 2004, yo me lesiono en febrero el tendón de Aquiles, ahí me enfrenté contra mí. Quedaban 50 y tantos días, un mes y cachito. Y me dice Raúl: ‘si no levantamos la carga, no va a haber Final y no va a haber medalla’. Dije, no, yo no voy a regresar a México diciendo que no pude. Súbele y hasta que truene. Y era un dolor insoportable, pero no había otra forma. Por eso era el llanto, estaba viendo la pantalla y fue: ¿Qué hice cuando no tenía nada? Fue revivir esos dos meses que estuve en Sierra Nevada y que rescaté lo que estaba prácticamente perdido.
ZZM