Sí, fuera de los entrenamientos y competencias hay vida, y Nuria Diosdado aplica muy bien esta máxima en actividades académicas, personales y de negocios. Para ello la ondina debe programar su tiempo.
A los 28 años, la tapatía ya se inició en los negocios, al crear una marca, junto con dos ex atletas, encaminada a desarrollar y vender productos relacionados con la natación artística.
En el tema académico, Nuria Diosdado culminó recientemente la maestría de mercadotecnia integral en la Universidad del Valle de México, pero tiene otra inquietud: retomar sus clases de piano, que dejó para venirse a entrenar a Ciudad de México.
Y en el aspecto personal, aprovecha el tiempo que le queda, que por cierto es poco, para ir al cine o procurar a sus amistades.
¿Qué otra vida tiene Nuria fuera de la alberca?
Me considero una mujer muy ocupada, tengo una marca que se llama Cola de Pez, con dos compañeras que fueron seleccionadas nacionales, Mariana Cifuentes y Evelyn Guajardo, de productos específicamente de nado sincronizado. No me ocupo en eso todos los días, pero sí hago diseños constantemente y en las competencias ponemos un estand. También me encanta el cine y trato de ir una vez cada dos semanas o al mes. Me gusta mucho estar con mis amistades; siempre trato de tener a alguien con quien comer o cenar.
¿Ser una mujer de negocios te llama la atención?
Me encantaría seguir en esto y quisiera sacar una línea de trajes de baño; por ahí puede ser que el proyecto ya venga en camino. También debo preparar conferencias y hacer las cosas que antes no podía, como prestarle atención a los medios para potenciar mi carrera deportiva.
En cuanto al diseño en los trajes de baño, ¿ya has trabajado para una competencia internacional?
Siempre estoy al tanto y me encargo de diseñar los trajes que se ven, no los diseño como tal, pero soy la que está con la diseñadora en Guadalajara, y por lo menos los de las modalidades de solo y dueto sí los hago con ella; en los trajes para el equipo tienen más injerencia las entrenadoras, pero es una parte que me gusta mucho y que también haría en un futuro no muy lejano, crear una marca mía de trajes específicamente para competir.
¿Algún instrumento que te guste tocar?
Desde los tres años toco el piano, incluso aprendí a leer primero las notas musicales que el alfabeto; ahorita ya no me acuerdo mucho, pero desde chica me gustaba; aquí en mi casa no tengo piano, pero cada vez que voy a Guadalajara intento tocar. Es una de las pasiones que dejé para venir a Ciudad de México a entrenar con la selección nacional. Hasta el último día que viví en Guadalajara tomé clases. Incluso he pensado, ahora que terminé la maestría y que a veces mis tardes pueden estar libres, en comprar un teclado, es algo que me encanta y quisiera retomar.
¿Coleccionas algo?
Perfumes chiquitos, es decir, todas las replicas pequeñas; pastilleros de casi todo el mundo, ya que me los traía de mis viajes o mis papás me los regalaban. Además, tengo muñecos de peluche de cada una de las competencias más importantes en las que he estado, en cada evento buscó la mascota oficial.
¿Cómo calificas el año 2018?
Ha sido un año redondo; fue muy satisfactorio todo lo que me sucedió, como en la Serie Mundial, las medallas que conseguimos en los Centroamericanos, obtener el Premio Estatal y estar nominada como equipo al Premio Nacional de Deportes, y eso ha llevado a que tengamos un año muy bueno, aunque en el plano familiar fue difícil por la muerte de mi abuela. Todos los objetivos que me propuse los cumplí y ahora tengo muy buenos deseos para 2019.
¿Qué viene para este año?
Vienen los Juegos Panamericanos en Lima y esperemos que se dé la clasificación olímpica, debo pelear esas plazas desde Perú. Además, tenemos el Mundial en Corea, donde buscamos romper récords. Cada año aumenta la exigencia y se espera más de nosotras, la cuestión es seguir entrenando, buscar más triunfos, y disfrutar cada competencia.
¿Cuál es tu libro favorito?
El talento nunca es suficiente, de John C. Maxwell, en el que se sugiere cómo aprovechar el talento de cada persona.