Cristina Flores Guerrero, orgullo del rodeo lagunero

Inició como profesional a los 12 años, absorbida por una tradición familiar de mucho arraigo, asentada en el ejido Los Ángeles, municipio de Lerdo.

Cristina Flores recibió el pasado 18 de septiembre el reconocimiento. (Especial)
Carlos Hernández Castrejón
Torreón, Coahuila. /

Por décadas, el rodeo en la Comarca Lagunera ha tenido grandes exponentes, gente muy dedicada y de amplias virtudes que les han llevado a sobresalir a nivel nacional, como es el caso de Cristina Flores Guerrero, quien forma parte de una dinastía que ha puesto muy en alto a esta región dentro de esta actividad deportiva.

Cristy inicio en el rodeo profesional a la edad de 12 años, absorbida por una tradición familiar de mucho arraigo, asentada en el ejido Los Ángeles, municipio de Lerdo, donde actualmente florece una escuela que ella misma impulsa, convirtiéndola en el semillero más importante en la región y sus alrededores.

Su amor por el rodeo nace de esa tradición familiar, ya que su papá, Salvador Flores Puentes, fue quien la inició en el rodeo completo en 1986, dando un salto desde la charrería. 

“Por medio de él nos dimos a conocer, antes éramos charros, pero decidió cambiarnos al rodeo, esa fue la herencia, porque somos una familia de tradición relacionada con el caballo”, comentó.

Salvador Flores es miembro del Salón de la Fama del rodeo en la Conade, nombrado por Federación Mexicana de Rodeo, siendo el cuarto miembro nombrado a nivel nacional.

Carrera de barriles, su fuerte

Luego de iniciar en el rodeo profesional a temprana edad, Cristy se enfocó mas en las carreras de barriles, aunque también se desempeñó bien en lazos y amarre de chiva, pero se especializó en la primera, llegando a conquistar importantes competencias a nivel local y nacional.

Esta carrera es por tiempo, se enfoca más en las mujeres y consiste en montar a caballo y hacer un recorrido entre barriles de 200 litros, correr entre ellos formando trébol y gana quien haga menor tiempo dentro de las reglas establecidas.

“Mi mejor tiempo es de 15.130 segundos, pero no solo es correr, pues hay que hacer el recorrido de manera limpia, necesariamente formar un trébol y tratar de no derribar los barriles, pues si se tira uno la penalización es de 5 segundos, si se tiran dos son 10 segundos y si se tiran los tres es descalificación automática”.

Las reglas de campo indican que puede iniciar del lado derecho o lado izquierdo, hay descalificación si se cae del caballo, hay penalización de 5 segundos si se cae el sombrero, no se permiten pantalones rotos y debe ser atuendo de auténtico vaquero, como es la esencia.

Cristy ganó en 1992 el Nacional de Rodeo en la Plaza Monumental de Monterrey, Nuevo León, dentro del Rodeo de las Estrellas, repitió en 1993 y en 1995 se adjudicó la competencia de barriles en la Plaza México.

En su etapa como competidora, cada año obtuvo el título de campeona estatal por Durango, incluido un tercer puesto nacional, compitiendo con las mejores representantes de cada entidad del país.

Reconocimiento

La familia Flores ha aportado bastante a la historia del rodeo, prácticamente son de los más antiguos en activo en lo que es México. Por su aportación a la historia del rodeo mexicano, Cristy fue galardonada en el Rodeo de las Estrellas, en la ciudad de Saltillo el pasado fin de semana, dentro del Festival Country, donde el alcalde de la capital coahuilense le hizo entrega de la presea, reconociendo su trayectoria de más de 35 años en carrera de barriles y actualmente promotora del rodeo.

Responsabilidad

Cristina Flores se retiró de la competencia hace diez años a causa de una lesión, pero desde ese mismo momento inició una escuela para formar nuevas generaciones de vaqueras en el ejido Los Ángeles, lugar donde se asienta la Arena Los Flores que existe desde hace 37 años, donde cada aniversario se realiza una competencia de primer nivel a la que asisten contendientes de distintos lugares del país.

“El rodeo es todo para mí, es un deporte de respeto mutuo, de disciplina, es parte de mi familia, pues hemos crecido con esto, es lo más bonito que me ha pasado y creo que es todo porque representa mi familia”, afirmó.

Y como es tradición familiar, ahora ella se ha dedicado a trasmitir sus conocimiento a sus tres hijos, cada uno en la disciplina que eligió, pues el menor de ellos, Diego, ganó el Nacional en amarre de chiva, mientras los otros son campeones estatales en lazo de parejas (Josué) y carrera de barriles (Frida), los tres conscientes de la responsabilidad que significa de tener la figura de don Salvador.

EGO

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