Todo lagunero de ‘buen diente’ conoce las famosas gorditas de ‘Pascual’ y su fama de ser unas de las mejores de la región, pero pocos saben la historia de quien las vende, Jesús ‘Cuate’ López, ‘Pascualito’ como también se le conoce, gran boxeador torreonense que llegó a las grandes ligas.
Con orgullo y con alegría y en medio de varios clientes que disfrutan de sus gorditas, Jesús platica sus historias en el boxeo y en particular esa donde brindó una gran pelea ante el entonces candidato a campeón mundial, Daniel Zaragoza.
Cuenta Jesús que primero debió clasificarse entre los mejores del país para pelear contra los más gallos.
"Yo me clasifique nacional al derrotar a Rigoberto Estrada, un peleador de Juárez clasificado número uno nacional; me fui a Ciudad Juárez y me enfrenté a él, le puse una "madriza" la gente vio que gané y nos dieron empate, ese día andaba la gente tan enardecida por la injusticia, porque a pesar de ser su peleador, se dieron cuenta que me robaron, casi queman el Auditorio de esa ciudad, sillas volaban y ahí entre al quinto nacional".
Luego de eso, por fin tuvo una gran oportunidad, de medirse a quien los expertos en boxeo de la época, era una joyita y candidato a campeón mundial, Daniel Zaragoza. Fue un 29 de noviembre de 1982 en la ciudad de Tijuana, donde el "Pascualito" dio la pelea de su vida.
"Tuve otra pelea y subí al número dos nacional, y se hizo la pelea ante Daniel Zaragoza en 1982, esa pelea yo siento que gané, lo corté, su mérito es que fue un peleador muy valiente, no se rajaba Daniel. Le corté las dos cejas, los pómulos y una descalabrada en un cabezazo, parecía luchador el güey", comentó.
La gente lo vio ganador esa ocasión. "Un anécdota que tengo, una vez fui a pelear a Atlantic City y me vio un extranjero, apenas iba a entrar a la arena y un gabacho grandote me gritaba, "Pascual, Pascual, yo fui a tu pelea con Daniel y tú le ganaste", y pues sí pero no me la dieron", recordó.
Zaragoza años después reconoció la valentía y arrojo del "Cuate" López. "Cuando después de la pelea contra Zaragoza, estábamos todos hospedados en el mismo hotel y nos encontramos en el lobby, y con groserías le dije, "te vas a acordar de mí toda tu vida, porque yo gané".
“Después de 30 años, ya retirado él y obvio yo, lo entrevistaron en ESPN y le preguntaron ¿cuál era tu estilo?, él respondió que era fajador técnico y ¿la pelea más dura que tuviste que pensaste que perdías tu camino al campeonato, cual fue?, y él respondió que fue cuando peleó con Pascualito en Juárez y me mandó saludar; para que me saluda, mándame una feria güey (risas)".
No destacó porque le faltó quien manejara con mejor eficacia su carrera. "Anduvimos en buen nivel me enfrenté a campeones, pero para poder destacar más, siento que me faltó un mánager que pesara, que tuviera los conectes, la influencia, las relaciones cuentan muchísimo en esto del boxeo", aseveró.
En el Auditorio Municipal de Torreón, recordó un gran combate, perdió, pero le dejó una gran enseñanza.
"En el 81 me trajeron a un peleador durísimo, un panameño, él ya había peleado con campeones mundiales, incluso con el ‘Puas’ Olivares y le dio guerra muy fuerte. Total me lo trajeron, por ahí del cuarto round le di un cruzado y lo eché al suelo y mi falta de experiencia me la jugó, en vez de boxearlo y seguirlo castigando de a poco, me le fui encima y me vacié, me cansé y me agarró con un uper y se paró la pelea en el séptimo", recordó.
Las malas decisiones, también acabaron por terminar con su carrera, ahora se dedica a alimentar a los laguneros con sus sabrosas gorditas que se ubican en Ramón Corona esquina con calle Abasolo, en el centro de Torreón.
"En el 81 me ofrecieron irme a Colombia a foguearme y pelear, y regresar clasificado mundial, pero la indecisión y no fui, mejor me fui a Juárez y al otro lado (EU), no sé para qué me fui, también tuve malas decisiones, pero aquí andamos todavía gracias a Dios", concluyó.
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