A finales de los años cincuenta e inicios de los sesenta, la lucha libre mexicana vivía uno de sus más grandes auges con la producción de talento en la entonces Empresa Mexicana de Lucha Libre (hoy CMLL). Entre algunas de las figuras que resaltaron estaba El Gladiador: un atleta técnico con un físico imponente; sin embargo un trágico accidente terminó con carrera y su vida.
Salvador Luterroth escogió a Luis Ramírez Romero para personificar al Gladiador gracias a sus antecedentes en el lanzamiento de jabalina y disco, en la lucha olímpica y en el fisicoculturismo.
En sus inicios con el personaje se alió con el Cavernario Galindo e hicieron una de las parejas más temibles de la empresa, pero al poco tiempo entraron en una rivalidad.
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Por un tiempo se convirtió en una de las cartas fuertes de la Arena México, gracias a que duró invicto por unos meses. Por ello, El Santo decidió retarlo en diversas ocasiones para medir su fuerza y grandeza en el ring, hasta que se animó a enfrentarlo en una lucha de apuestas.
De esta manera, el 21 de septiembre de 1956 el recinto de la colonia Doctores de la Ciudad de México atestiguó uno de los combates más férreos del Enmascarado de Plata. Tras varios minutos de lucha libre, El Santo se llevó la victoria sobre su rival y la identidad del Gladiador se hizo público.
Existe un mito sobre esta contienda, el cual menciona que después del duelo de apuestas, unos policías que atestiguaron la función confundieron al Gladiador con un criminar, por lo que Luis estuvo encarcelado unas horas, hasta que Salvador Lutteroth llegó para aclarar la confusión.
Si bien la lucha contra El Santo no impactó en su carrera, sí trajo un golpe en su vida, puesto que debido a que se desenmascaró, algunos admiradores lo invitaban a fiestas y bares, ocasionándole problemas con el alcohol y enemistad con otras personas.
El descenso del Gladiador
Después de una función en la Arena México, Luis Ramírez salió a cenar junto con su compañero Tomás Riande a uno de los cafés más importantes de la Ciudad de México. Ya en el lugar, un hombre se acercó a ellos con pistola en mano y disparó hacia El Gladiador, pero su colega salvó su vida arriesgando la suya.
Aquel accidente era el primer aviso para Luis Ramírez. Desafortunadamente semanas después en la ciudad de Guadalajara tuvo otro altercado que terminó con su carrera.
Al salir de la Arena Coliseo, El Gladiador salió a cenar en un restaurante cerca del hotel donde se hospedó. Cerca de su mesa había un militar borracho rodeado por mujeres, pero Ramírez ignoró la presencia de este.
Ramírez pasaría al baño y camino a este se encontró con una de las mujeres que acompañaban al militar. Inmediatamente reconoció al luchador y le pidió un autógrafo, a esto el militar se molestó por la situación, pero el Gladiador volvería a ignorar al soldado e ingresó a los sanitarios.
Después de salir de los baños el militar interceptó a Ramírez con una pistola y ambos comenzaron una discusión. Gracias al calor de la situación, el soldado disparó cuatro veces a El Gladiador, concluyendo con su carrera y vida de forma repentina.
Pese a que Ramírez Romero no estuvo mucho tiempo en la lucha libre, dejó su legado con El Hijo del Gladiador, personificado por Arturo Beristain. Actualmente es entrenador en el CMLL, aportando su experiencia a las futuras estrellas del deporte.
RGS