El brillo de sus ojos se opacó por el desprendimiento de retina hace ocho años, pero el balón hizo que Gerardo Javier Sotelo Martínez rompiera con todos sus temores y prejuicios, logrando lo que pensó imposible para convertirse en jugador de futbol y llegar a convertirse en seleccionado nacional.
Sin embargo, su mayor logro ha sido formar el equipo Murciélagos, con el cual ha contagiado a más invidentes o débiles visuales laguneros, a quienes abrió literalmente los ojos, para darse cuenta de todo lo que pueden conseguir cuando se lo proponen.
Gerardo, joven de 20 años, estudiante de psicología en la Universidad Autónoma de La Laguna (UAL), conferencista motivacional, perdió la visión hace ocho años a través de un desprendimiento de retina, a partir de eso surgieron en él muchas ideas e iniciativas, como continuar con sus estudios de secundaria, preparatoria y ahora universidad, luego abrirse horizontes mediante el deporte.
“Para mí fue complicado perder la vista a los 12 años, estaba en ese cambio de primaria a secundaria. Sentí un miedo muy grande, no sabía lo que pasaría, lo que estaba por venir, estaba lleno de dudas e incertidumbre", contó.
"Afortunadamente tuve el apoyo de mi familia, para superarlo tuve que pasar por un proceso complicado, hablando del duelo, primero la negación de perder la vista, luego las demás etapas hasta llegar a la aceptación y negociación, pensar qué hacer para salir adelante a pesar de esta discapacidad”, comparte Gerardo.
SEGUIR EN LA ESCUELA
Continuó sus estudios, al principio era escribir en sistema Braille, que hoy en día parece un poco obsoleto, ya que se utiliza tecnología con la computadora que permite tomar notas, apuntes con voz.
La idea de formar un equipo de futbol le surgió de ese deseo de superación: “un día navegando en internet, utilizando palabras de futbol para ciegos, tuve la fortuna de encontrar un gran mundo sobre este deporte, que es paralímpico, regido a nivel internacional. Pero entonces me encontré con la problemática que en La Laguna muchas personas con discapacidad visual no tenían la posibilidad de practicar algún deporte, eran contados”.
Y es que en La Laguna, cuatro de cada diez personas padecen de una limitante visual, ya sea ceguera total o visión baja y pensar en hacer deporte era hasta cierto punto una complejidad.
PIONERO EN LAS CANCHAS
En 2016, Gerardo armó el primer equipo en La Laguna y todo el estado Coahuila, el cual comenzó a través de una página de Facebook, tomando el nombre de Murciélagos por tratarse de un mamífero que utiliza la ecolocalización, es decir, se guían a través del sonido para cazar.
El primer entrenamiento fue en Territorio Santos Modelo, gracias al apoyo del Club Santos Laguna, ahí se reunieron 20 jugadores, la apertura del equipo despertó el interés de jugadores albiverdes para saber cómo se desarrolla este deporte.
Incluso se realizó un ensayo para que los jugadores de Liga MX conocieran las condiciones en que practican los débiles visuales.
Para Gerardo Sotelo volver a jugar futbol fue un gran acontecimiento, pues tenía años sin practicarlo y regresar a la cancha fue una sensación extraordinaria para él, de volver a patear el balón, sentir la adrenalina de anotar un gol, el crear jugadas.
“Eso es algo muy bonito, ese ha sido mi mejor momento en esto, así como haber llegado a la Selección Mexicana”.
EQUIPO MURCIÉLAGOS
El conjunto forma parte del campeonato nacional, se juegan torneos, este año toca en Puebla, ahí están los actuales campeones, luego está la Paralimpiada Nacional de Conade y se tiene el plan de arrancar este año al liga nacional para ciegos profesional.
El primer torneo al que asistió el equipo lagunero fue en Acapulco en 2016, en la Paralimpiada, “éramos novatos, quedamos en sexto lugar, pero hemos escalado hasta llegar a ser actualmente potencia nacional. Escalamos en poco tiempo, ahora tenemos dos finales consecutivas, el equipo poblano, actual campeón tiene mucha experiencia, pero este año queremos cargar la Copa”, señala.
CÓMO SOBREVIVEN
“Lamentablemente nos apoya muy poco el Estado de Coahuila, a veces no se recibe, así que tenemos que hacer actividades para subsistir en los torneos, en actividades a las que vamos, eso se suele complicar a veces".
"Hemos tocado puertas en el municipio, muchas veces se nos han abierto, pero en otras se nos cierran. Hemos tenido que recortar el equipo para viajar, así que nos vendría bien un poco más de respaldo. En los últimos cuatro años hemos traído de manera constante medallas, así que nos ayudaría bastante si las autoridades nos brindan un poco más de apoyo”.
Y es que el futbol les cambia la vida, afirma, ya que ha habido casos de personas que llegan en estado de depresión porque van perdiendo la vista.
“El futbol lo tomamos como la mejor terapia, porque llegan persona con miedo a desplazarse y cuando lo consiguen totalmente independientes, correr sin miedo, seguro lo harán en los demás aspectos de la vida, sea el estudio, el trabajo o vida social. Se cuenta con apoyo psicológico, cada mes se hacen terapias grupales”.
APOYO AL EQUIPO
Murciélagos tiene un equipo multidisciplinario, con cuerpo técnico, auxiliares, voluntarios que forman parte de cada práctica. Entrenamos martes y jueves en dos universidades que nos apoyan y sábados en TSM todos juntos.
El equipo está compuesto por 30 jugadores en categorías Mayor, Juvenil, Infantil y Femenil. El cuerpo técnico lo encabeza Guillermo Ibáñez como entrenador, auxiliado por Diana Mota y Alan Sifuentes, apoyados por un equipo de voluntarios.
Gerardo busca seguir superándose y como seleccionado nacional es seguir en la convocatoria como estos tres últimos años, en los cuales estuvo en proceso mundialista para debutar con selección mayor, pero se lesionó dos semanas antes de ir.
Debutó en Copa América en Brasil ganando bronce, en los Parapanamericanos de Lima 2019, donde México ganó el bronce y debutó hace tres años en selección nacional juvenil en Sao Paula con bronce.
El lagunero busca que Murciélagos siga formando atletas para participar en competencias nacionales e internacionales, dar medallas al país y como grupo es llevar ese mensaje a la sociedad de que a pesar de la discapacidad, con voluntad se pueden hacer muchas cosas y de poder integrarse de una manera funcional a su entorno.