Germán Sánchez se ha declarado un aficionado de hueso colorado de la lucha libre, e incluso en un principio tenía pensado dedicarse a este deporte, sin embargo, por circunstancias de la vida no se dio que practicara esta disciplina y su camino se dirigió a los clavados, donde ahora entre sus logros importantes se encuentran dos medallas de plata en Juegos Olímpicos (Londres 2012 y Río de Janeiro 2016) y una plata en Campeonato Mundial (Kazán 2015).
"Antes de ser clavadista yo quería ser luchador. Recuerdo que le decía a mi papá que me llevará a entrenar lucha olímpica, y quería ir junto a otro amigo, pero nunca se nos dio la oportunidad y se me empezó a dar la historia en los clavados y me enamoré de esto, inclusive el profesor, quien es mi padrino de sexto, me decía que nos robaron un buen talento para este deporte", dijo Sánchez.
Incluso Germán se imaginaba ya en un nombre como luchador. "Después de que crecí me imaginaba llamarme Extreme, porque me gustaba mucho un luchador que se llamaba Extreme Tiger".
El jalisciense en ocasiones entrena con sus compañeros de lucha olímpica en el Code Jalisco, ya que también lo considera como parte de su preparación para los clavados.
“He ido a entrenar con mis compañeros de lucha porque aprender de todos los deportes es bueno. Otras disciplinas que me gustan son los extremos, de repente también tengo mi equipo para escalar y me gusta ir con mis amigos, además me gusta el cañonismo, es decir soy muy activo”, mencionó.
El clavadista no se considera seguidor del bando de los rudos o los técnicos, y simplemente le gusta disfrutar del espectáculo, además confesó que es seguidor del Místico.
"Cuando voy me gusta ver todo, yo soy aficionado de muchos años atrás, entonces mi papá siempre de decía mira antes de cualquier cosa ellos son profesionales y vienen a hacer un trabajo, así que disfruta de todo lo que pueden hacer dentro del ring, y la verdad que no soy ni rudo ni técnico, y me gusta ver que ambos luchadores hagan un buen trabajo, casi no grito, me gusta sentarme en primera fila, a veces cuando se lanzan los cacho y les da la palmada. Crecí viendo a quien hoy se llama Carístico, antes era el primer místico y me ahorraba mi dinero para comprar mi máscara, tenía mis lentes blancos y me iba con ellos a la arena”, indicó.
Sánchez ha tenido varias oportunidades de subir al cuadrilátero para hacer distintas dinámicas con los luchadores.
“Si he tenido varias oportunidades de hacer cosas con ellos, y en una ocasión me hicieron una llave y ya no me gustó. Me hicieron el cangrejo”, dijo.
Así, el deportista ahora esta a la espera de volver a ese espacio donde se distrae de todo el arduo entrenamiento en los clavados. La última función a la que fue antes de la pandemia por covid-19, fue en marzo en el Coliseo Coacalco.
FCM