Nadia Comaneci, del 10 perfecto a la huida del régimen comunista

La mítica gimnasta rumana forma parte de los libros de historia al ser la primera en llegar a la calificación perfecta en Olímpicos y al huir de su país natal ante las presiones vividas por el gobierno

Nadia Comaneci en Montreal 1976 (AP)
Ciudad de México /

En el mundo de la gimnasia, pocas exponentes han marcado tan profundamente esta disciplina como Nadia Comaneci. A sus 57 años, la rumana sigue siendo fuente de inspiración para aquellas mujeres que buscan brillar en un mundo tan exigente como lo es este deporte.

Incursionó en las competencias desde los seis años. Sus habilidades le abrieron las puertas para entrenar bajo las órdenes de Béla y Martha Károlyi, pareja que entrenaban al equipo rumano. A sus trece años, ya había ganado en el Campeonato Europeo de Noruega y logró una hazaña al superar a la pentacampeona Liudmila Turíshcheva en el ranking general individual de las competiciones preolímpicas.

Su momento más emblemático llegó en 1976, con los Juegos Olímpicos de Montreal. Su impecable desempeño en los giros, realizados en las barras paralelas asimétricas, le valió para hacer historia y firmar la primera calificación perfecta en la historia de la justa veraniega. Al terminar la rutina, el marcador reflejaba un 1.00, lo cual causó confusión entre los presentes. Los jueces dialogaron entre sí, pues era imposible ponerle el 10, ya que la máxima calificación en esos tiempos era de 9.95. Tras dialogarlo, el jurado dictaminó que el 1.00 era un 10, lo que causó que 18 mil asistentes elogiaran a Nadia por lograr la perfección en la justa deportiva más importante de la historia.

Recibida como una figura nacional en Rumania, su vida tampoco fue sencilla. Sus éxitos en la gimnasia la hicieron víctima del régimen comunista de Nicolae Ceausescu, quien la adoptó como un instrumento en su gobierno. Comaneci recibió muchos obsequios y condecoraciones, pero fue utilizada como propaganda y privada de sus libertades. Después de un gran paso por los Olímpicos de Moscú en 1980, la gimnasta se retiró de las competencias en 1981. En dicho año, sus entrenadores abandonaron el país y se refugiaron en EU, pero ella sí regresó. Ceausescu decidió vigilarla más de cerca, para evitar que ella tomara la misma decisión que sus técnicos.

Para 1989, Nadia tomó una decisión que cambió su vida: abandonar su patria. Se unió a un grupo de desconocidos y, después de pasar por Hungría y Austria, se dirigió a Estados Unidos.

Ahora, a sus 57 años de edad, ha fundado su propia academia en Oklahoma, forma parte de diversas asociaciones civiles y se ha convertido en voz y autoridad en contra de los abusos sexuales que han salpicado este deporte, a raíz del caso del ex médico Larry Nassar, quien por dos décadas se aprovechó de más de 140 niñas.

  • Michel Cruz
  • oswaldo.cruz@milenio.com
  • Reportero en La Afición desde 2016. Egresado de la Licenciatura en Comunicación y Periodismo en la FES Aragón, UNAM.

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