El líder supremo iraní, el ayatolá Ali Jamenei, se reafirmó este sábado en su rechazo a cualquier contacto entre deportistas iraníes e israelíes, en un discurso ante los medallistas que participaron en los Juegos de Tokio representando a esta país.
Irán, enemigo jurado de Israel, no reconoce el Estado hebreo y ha hecho de su apoyo a la causa palestina uno de los pilares de su política exterior desde la revolución islámica de 1979.
Durante años, los deportistas iraníes se las han arreglado para evitar enfrentarse en competición a rivales israelíes, retirándose de los torneos, incluso justificándolo con certificados médicos.
"Un deportista iraní, digno de este nombre, no puede dar la mano a un representante del régimen criminal (israelí) para obtener una medalla", declaró el ayatolá Ali Jamenei, según un extracto de su discurso publicado en su sitio en internet.
"El régimen sionista sanguinario (...) trata de ganar en legitimidad participando en competiciones deportivas internacionales, con la asistencia del mundo arrogante (Estados Unidos y los países occidentales), pero nuestros representantes deportivos y nuestros deportistas no deben permanecer pasivos", añadió.
Irán conquistó siete medallas, tres de ellas de oro, en los Juegos Olímpicos de Tokio y 24 más (12 doradas) en los Paralímpicos.
Hablando de las sanciones impuestas por las instancias deportivas internacionales a los deportistas iraníes que han rechazado enfrentarse a rivales iraníes, Jamenei invitó "al ministerio de Deportes y al de Relaciones Exteriores, así como a la autoridad judicial, a utilizar los medios jurídicos para apoyar a los deportistas del país, así como a los atletas musulmanes de otros países, como el atleta egipcio recientemente sancionado".
El líder supremo se refería al judoca argelino Fethi Nourine, que se retiró en Tokio para no tener que enfrentarse a un rival hebreo, una acción por la que fue suspendido por la Federación Internacional de Judo (IJF), que también le retiró la acreditación.
En octubre de 2019, el judoca iraní Saeid Mollaei, campeón del mundo, perdió en semifinales, denunciando haber sufrido presiones de sus autoridades para no enfrentarse al israelí Sagi Muki en la final.
Tras este acto, la IJF expulsó a Irán de todas sus competiciones hasta que el país "garantice su respeto a los estatutos de la autoridad del judo mundial y que sus miembros acepten combatir contra israelíes".
En febrero de 2021, el Tribunal Arbitral del Deporte (TAS) anuló no obstante la sanción "ilimitada" infligida a Irán.
GFR