Hoy se festeja el Día de las Madres, y atletas mexicanas que viven esa etapa y siguen activas en el deporte disfrutan cada día al límite, luchando para ahora obtener una medalla en esta parte de su vida.
La fondista mexicana Margarita Hernández es un ejemplo de ello, ya que ha tenido que cambiar su estilo de vida y entrenamiento para llevar por buen camino a su hijo de seis años, Máximo Valdés Hernández.
“Ser madre nos cambia la vida, ya que requiere un poco más de organización, dividir el tiempo que tenemos y darles esos momentos de calidad que ellos (los hijos) necesitan, porque el papel que juega la mujer y la madre dentro de una familia es muy importante, nosotros somos parte fundamental para el desarrollo de nuestros hijos”, estableció la fondista.
Incluso, el ser madre ha motivado a Margarita a mejorar cada día como deportista y obtener más y mejores resultados en sus competencias.
“Nosotros tenemos la oportunidad de criar niños diferentes, con una mayor disciplina, y eso ha permitido catapultarme en mi deporte para dar el máximo de los esfuerzos, toda vez que ellos se vuelven parte de nuestra motivación, todos los días el escuchar ‘buenos días, mamá’, o que antes de tu competencia te quieren ver ganar son cosas motivadoras, ese es el plus dentro las competencias”, resaltó la fondista.
Para volver realidad este sueño de convertirse en madre, Margarita tuvo que hacer sacrificios en el aspecto deportivo, como dejar de lado el alto rendimiento y, de paso, las competencias internacionales de gran trascendencia.
“Como mujer es una etapa que yo quise vivir, tuve que truncar la parte deportiva y recuerdo que en 2013, cuando estaba embarazada, tenía competencias muy importantes, como la Universiada Mundial y el Campeonato del Mundo, y tuve que dejar de lado esos eventos, En lo particular, estoy muy feliz de ser madre y ser ejemplo de muchas mujeres, quienes me ven y me preguntan cómo puedo hacer tantas cosas; la clave es la organización y, sobre todo, las ganas de querer hacer las cosas”, explicó la maratonista.
Antes de ser madre, los triunfos iban dedicados a sus familiares, amigos o entrenadores, pero ahora el festejo principal va dirigido hacia su hijo.
“Por los hijos se hacen cosas extraordinarias, efectivamente, la mayoría de los triunfos se lo dedicó a mi hijo, quien entiende que tiene una mamá de alto rendimiento y que, obviamente, se suma a este proyecto. Como mamás tenemos altas expectativas de que nuestros hijos también sean buenos atletas, sin embargo, esta en una etapa donde quiere conocer todos los deportes”, dijo la fondista.
Así, la corredora ha disfrutado y vivido esta etapa de su vida desde hace seis años, continuando con su pasión en el atletismo, donde en este 2019 tiene como siguiente objetivo conseguir una medalla en los Juegos Panamericanos de Lima.
“Será la segunda vez que voy a Panamericanos, la primera fue en Toronto 2015, donde quedé en cuarto lugar y esta vez voy por un podio. El objetivo a largo plazo es Tokio 2020, la marca está un poquito exigente, pero no imposible, que es de 2:29:30 horas, así que ahorita primero vamos a enfocarnos en Lima, y luego, en octubre, estamos por ver qué maratón corremos para buscar la marca para la justa olímpica”.
FCM