Ricardo del Real, el primer olímpico mexicano transexual

El ex taekwondoín rompió con las ortodoxas orientaciones sexuales e identidades de género existente en el deporte mexicano

Ricardo del Real, el primer olímpico mexicano transexual (Georgia Glennon / David Leah / Cortesía)
Lenin Patiño
Ciudad de México /

Tres bronces en Campeonato Mundial (Atenas 1991, Manila 1995 y Hong Kong 1997); oro en los Juegos Panamericanos Mar del Plata 1995; dos metales dorados (Heredia 1994 y La Habana 1996) y un bronce (Colorado Springs 1992) en Campeonatos Panamericanos, y el Premio Nacional del Deporte 1997, son algunos de los reconocimientos en el palmarés del ex atleta olímpico mexicano que rompió con las ortodoxas orientaciones sexuales e identidades de género: Ricardo del Real.

En la década de los 90, el taekwondo femenil en nuestro país era liderado por Mónica del Real, una chica oriunda de Aguascalientes que incursionó en la disciplina gracias al impacto gestado, a los 9 años edad, por el film Karate Kid (John G. Avildsen, 1984). No obstante, su vida giraba en torno a un engaño.

Aprendes a ser una excelente actriz. Es actuar, pretender ser algo que no eres. Piensas, ‘ok, estoy bien; no quiero molestar, ni quiero que me molesten. Seguimos adelante’. Terminas en un conformismo, hasta que llega la información y te das cuenta que es posible”, expresó para La Afición Ricardo del Real, el primer hombre transexual, miembro del Comité Olímpico Mexicano (COM).

Hace dos años Del Real optó por iniciar su transición, sin embargo, no fue tarea fácil debido a que “tenía muchos miedos; ¿cómo cuáles?, que borraran todos mis logros realizados antes o ser desconocido en el COM. Pensé, también, sobre un probable rechazo en mi familia”. A pesar de ello siguió adelante y continuó empoderando su género, “comencé por pedirle a mis amigos cercanos que me llamaran en masculino. ‘Estás loca, qué te pasa’, me decían”.

Quien obtuviera la primera presea de oro en una Copa del Mundo para el taekwondo femenil nacional (El Cairo 1997), cambió legalmente su nombre a Ricardo, empero, ante la Federación de la especialidad decidió mantener todo igual “porque a mí no me interesa que lo modifiquen. No me avergüenzo de lo que hice; estoy orgulloso de mi pasado. Créeme que a Mónica del Real la tengo siempre conmigo, la llevo en mi corazón”.

El miembro permanente del COM desde 2001 se retiró de las justas tras participar en las Olimpiadas de Sídney 2000. Actualmente es quirofísico, además de fungir como integrante del consejo directivo de la Confederación Deportiva Mexicana.

Durante su época de taekwondoín, Ricardo no sufrió de discriminación, puesto que nunca dio a conocer su ‘secreto’: “Soy un hombre heterosexual. En ese entonces tenía otro cascarón; pareciera que era una mujer lesbiana, pero no. Nunca me sentí lesbiana como tal”.

Hay gran diversidad en el deporte de alto rendimiento, agregó Del Real, “pero no salen, por temor o por lo que tú gustes. Existen personas que aún no están listas o no cuentan con la información necesaria, entonces señalan ‘yo estoy bien así, no pasa nada’”.

Por último, Ricardo concluyó: “veo que a corto plazo habrá una inclusión general, ¿cómo?, no lo sé, es algo mágico del deporte”.


ZZM

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