Con la misma fuerza que golpeó la arena con la zapatilla y llamó al cuarto novillo, el Forcado de Cara, aguantó y templó la fuerte embestida de Alteño, fueron milésimas de segundo que con pies y brazos metido entre los cuernos se aferró al novillo hasta que con la ayuda de sus siete compañeros neutralizaron la arremetida. La plaza vibró. Sin duda, el momento más espectacular que paladearon los cerca de tres mil aficionados, lo dieron los Forcados Amadores de México.
Antes, con el abre plaza, que correspondió al rejoneador Javier Funtanet, lograron la pega hasta el segundo intento. Javier, lució certero al clavar el rejón de castigo y tres pares de banderillas al pupilo de la ganadería de El Saucillo, que mostró movilidad y son. Tres cuartos de rejón de muerte fueron suficientes para que cortará la primera oreja de la tarde.
Alberto Ortega, buscó el triunfo toda la tarde, a su primero lo recibió a porta gayola y en quites se ajustó en saltilleras, con la muleta instrumentó derechazos que se le jalearon, sin embargo, con el acero falló y fue premiado con salida al tercio.
Con el débil quinto se vio con oficio sin conseguir amalgamar la faena, mató al segundo viaje, y ante la división de opiniones dio vuelta al ruedo.
El colombiano Juan Dinastía, en su primero se vio precavido y su labor fue silenciada. Con el cierra plaza, entre altibajos, realizó una faena larga fincada principalmente en el lado derecho, que entusiasmó a un sector del respetable. Mató al primer viaje y fue premiado con una oreja.
El rejoneador José Funtanet, con el cuartó, sus mejores momentos fueron al clavar dos pares de banderillas al violín. Falló con el rejón de muerte y escuchó un aviso.
Los novillos 1°, 2°, 4° y 6° de la ganadería de El Saucillo, se dejaron meter mano.
JMH