Conoce a Sergio Vázquez Rivas, talento lagunero en el canotaje

Siendo niño presenció la Gran Regata del Río Nazas, que lo sedujo de tal forma que a la edad de 10 años comenzó a practicar este deporte.

Siendo niño, Sergio presenció la Gran Regata del Río Nazas. (Especial)
Carlos Hernández Castrejón
Torreón, Coahuila. /

En las aguas bravas y mansas del río Nazas, Sergio Vázquez aprendió a remar y hacer realidad su sueño de contender en la Gran Regata. Esa competencia que admiró desde niño y de la cual se enamoró por la complejidad de sus obstáculos, ahí donde algunos se retiran y otros se fortalecen, poniendo a prueba la tenacidad y resistencia de aquellos que osan descender por la corriente cambiante y traicionera.

El ‘Malvadillo’ como lo conocen, aprendió en la escuela de uno de los maestros más reconocidos de la región, como lo es José Ríos Quistián, quien lo recibió siendo un niño con aspiraciones, atraído por el deporte extremo de luchar contra las dificultades que ofrece el río, sobre todo en las represas.

Siendo niño, Sergio presenció la Gran Regata del Río Nazas, acompañando a su familia como espectadores, pues uno de sus tíos (Rodolfo Rivas) fue competidor y la tradición de acudir cada año al río a observar la competencia lo sedujo de tal forma que a la edad de 10 años comenzó a practicar el canotaje.

Hijo de Sergio Otón Vázquez Talavera y Leonor Rivas Machado, originarios de Lerdo, Durango, el 'Malvadillo' sentía una gran emoción por ver a los remeros atravesar las represas. Le parecía muy emocionante la manera de encarar una parte tan peligrosa del descenso, ya que es en ese punto donde muchos contendientes terminan su recorrido, ya sea por una volcadura o por partir su embarcación en dos.

Así que al entrenar con José Ríos tenía en mente esa parte del río, aunque primero hubo que entrenar en circuitos de agua calma, cada fin de semana con cierta continuidad, pues la presencia de agua en el lecho no es constante durante todo el año; pero aun así se las arregló para buscar cualquier acumulación de agua para echar la embarcación.

Su ilusión era ser como los ganadores de la Gran Regata, a los que admiraba, como José de Jesús Gracia ‘El Banano’, ‘El Meli’, los cuates Villela Landeros, los de esa época, y sentir lo que ellos en su evolución desde novatos hasta expertos y hacer los tiempos que hacen los campeones, además de recibir el reconocimiento al esfuerzo.

La primera regata en la que participó Sergio Vázquez fue a los 13 años en la categoría Principiantes y la sensación que tuvo fue de probarse a sí mismo que el canotaje era el deporte adecuado a sus condiciones físicas, así que estar en la corriente le hizo sentirse bien, además de abrigarse con la confianza de estar rodeado de varios de sus amigos con los que inició en esta disciplina, la cual tiene la peculiaridad de desarrollarse en un ambiente completamente familiar.

Llegó el momento de encarar las represas, ya no eran ensayos y lo cambiante del río le puso más adrenalina al momento. Superó los obstáculos sin mayor problema, incluso la represa que llama la más complicada de todas, la de ‘Lavaderos’, que desencadena una serie de remolinos que a menudo atrapan a las embarcaciones.

Reponiéndose a las caídas

Precisamente en esa represa de Lavaderos fue que Sergio años después volcó su embarcación, asegura que no se asustó, porque tenía claro el objetivo de ganar la competencia y al final lo consiguió, ganó su primera Gran Regata en la categoría estelar, la de Clasificados. Fue un paso importante para él como su familia.

Antes compitió en K-2, eso le permitió conocer mejor el río, lo hizo acompañado por su primo José Ángel, con quien obtuvo un primer lugar, otra con José Ríos, logrando un tercero. Luego saltó directo a la categoría Clasificados.

Al ganar su primera regata se sintió muy bien, orgulloso y motivado, a pesar del temor de sus padres por lo exigente de la prueba.

Cuatro títulos consecutivos

Para Sergio el canotaje se convirtió en una forma de vida e intensificó sus entrenamientos para cada verano participar en la Gran Regata del Río Nazas, la cual ganó tres años consecutivos y antes de ir por el cuarto enfrentó algunas dificultades para continuar remando.

Su padre le advirtió que sería la última vez en que el joven iba a participar en la Gran Regata, ya que el deporte del canotaje demanda muchas horas de entrenamiento y preparación, además debía encontrar una forma de ganarse la vida y apoyar a su familia.

De alguna manera se las arregló para no renunciar y seguir con su preparación, cumpliendo el juvenil lagunero, tricampeón de la Gran Regata del Río Nazas, regresar al año siguiente para ganar por cuarta ocasión la corona en esta extenuante competencia.

Medalla en Olimpiada Nacional

‘El Malvadillo’ Vázquez ganó la medalla de plata en el Campeonato Nacional Juvenil de la especialidad, representando al estado de Durango. Destacó en la categoría K4, al hacer equipo con José Daniel Valles, José Miguel Cisneros y Christopher Barrientos, jóvenes igualmente talentosos que se quedaron cerca del oro.

Eso fue en 2018 en la distancia de 500 metros, además participó en regatas celebradas en otros estados, como en Nuevo León, donde consiguió un segundo lugar en K2 haciendo equipo con Christopher Barrientos. En Tampico, Tamaulipas, también logró finalizar entre los primeros lugares.

Por un tiempo representó a Coahuila, hasta que el Inedec dejó de apoyar este deporte, así que tuvo que cambiarse a Durango junto con otros seleccionados, lo que significó no poder competir oficialmente durante tres años por cuestiones de reglamento, tiempo que se desaprovechó.

Hoy día, a sus 25 años, Sergio Vázquez quiere seguir cosechando triunfos en este deporte, el cual considera no cualquiera lo practica, sobre todo porque en La Laguna el río no lleva suficiente agua la mayor parte del año, es por eso que aprovechan al máximo los días de riego, cuando el agua corre por los canales de la zona urbana.

No hay apoyo para el canotaje

En sus inicios como remero, Sergio comenzó a practicar en una embarcación prestada y fue en un serial en el canal de Sacramento donde tuvo la posibilidad de competir por el gran premio que era un bote individual. Ganó las tres fechas y se perfilaba a recibir el premio, pero los organizadores le cambiaron la jugada de último momento y determinaron que el bote sería donado a la escuela de canotaje.

La embarcación que donaron nadie la usó, se fue echando a perder de estar guardada hasta que se la otorgaron. Pero hubo que repararla, no tenía asiento, apoyo, timón, ni pedalina. La reconstruyó y la utilizó en las competencias. Pero no tuvo apoyo de las autoridades a pesar de sus logros y hasta la fecha el Instituto Estatal del Deporte en Durango no lo ha apoyado.

Sergio cubre sus gastos gracias a que pudo terminar sus estudios y encontrar trabajo en el área de mantenimiento en electrónica, además su familia lo respaldó cuando no tenía ingresos.

El año pasado no pudo buscar su quinta corona en la Gran Regata del Río Nazas a causa de la pandemia, que suspendió toda competencia, y este año las posibilidades de que se realice son pocas; pero afirma que seguirá en remando hasta donde le sea posible, aspirando a convertirse en profesional y competir fuera de México.

En definitiva, quiere seguir dentro de esta tradición, ser parte de la Gran Regata del Río Nazas que vivió sus mejores épocas bajo la organización de La Opinión, disfrutar de ese ambiente familiar que seque se vive en los campamentos, descensos, el contacto con la naturaleza y las numerosas anécdotas.

EGO

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