A lo largo de la historia, se han presentado muchas tragedias que han marcado la historia del deporte. Algunas de ellas, por nombrar las más emblemáticas, son el accidente de Munich, las tragedias en los Andes, la primera de ellas en 1972 y posteriormente la del Chapecoense en el 2016.
No sólo de equipos, sino también entre aficionados, tales como Hillsborough o Heysel. Y así se pueden señalar un sinfín.
Sin embargo, la que es considerada la peor calamidad en la historia deportiva, ocurrió en las 24 horas de Lemans, en 1955, luego de que el francés Pierre Levegh se accidentara contra Austin-Healey; el siniestro provocó, con él, la muerte de 85 personas más.
La catástrofe se produjo luego de que el automóvil de Levegh se fuera a impactar contra una zona muy poblada del público, produciendo la muerte de los aficiones y, por supuesto del piloto. Ante ello, Mercedes dejó la competencia por más de 30 años, regresando a la misma en 1989.
El accidente contribuyó de forma clara a cambiar las políticas acerca de la aceptación del peligro en las carreras de automovilismo y al refuerzo de la seguridad en las pruebas
JAGL