Los nombres de las marcas automotrices no se crean por suerte. Las más modernas obedecen a palabras que funcionen para atraer a los consumidores, mientras que las casas más antiguas tienen sus orígenes en los nombres de sus creadores como es el caso de Ford, Ferrari, Chevrolet o Mercedes-Benz, aunque en este último caso existe una particularidad.
El nombre de la marca de la estrella tiene su origen en el de dos mujeres: Mercedes Jelinek, hija de un empresario austríaco que lanzó la venta de vehículos Daimler en 1898, y Bertha Benz, quien realizó el primer viaje de larga distancia en los primeros días de las cuatro ruedas.
La historia de Mercedes Jelinek y su relación con el automóvil es curiosa. La mujer que dio su nombre al primer automóvil moderno nunca tuvo un permiso de conducir.
Nacida el 16 de septiembre de 1889, fue hija del empresario Emil Jellinek y su esposa, Rachel Goggman Cenrobert, quien falleció en 1893. Durante su infancia gozó de una posición privilegiada y sus primeros años los pasó acompañando a su padre, quien desde 1897 se dedicó a vender los productos de Daimler-Motoren-Gesellschaft, una de las primeras marcas automotrices.
Mercedes Jellinek siempre estuvo presente en los negocios de su padre, y ella lo inspiró para adoptar el seudónimo bajo el cual presentó los primeros autos de carreras Daimler en la Semana de Niza en 1899. Emil Jellinek también nombró a su villa y sus yates en honor a su hija, por lo tanto, era lógico que el Mercedes 35 HP que fue desarrollado a instancias de Jellinek y debidamente lanzado en 1901 también llevara su nombre. En 1903, Jellinek incluso adoptó "Mercédes" como parte de su apellido.
La niña que dio nombre a una de las marcas premium más importantes del mundo se casó con el austriaco Karl Freiherr von Schlosser a la edad de 19 años, con quien tuvo dos hijos antes de separarse en 1926.
Murió a los 39 años, el 23 de febrero de 1929, y aunque sus restos descansan en Viena, su nombre ha perdurado por más de un siglo, convirtiéndose en sinónimo de deportividad y lujo.