Con 40 años de edad, Valentino Rossi se encuentra ante una de las más grandes preguntas de su vida, ¿seguir o no en MotoGP a partir de 2021? Yamaha, la marca a la cual ayudó a levantar en 2004, cuando nadie creía en ellos, decidió no continuar con él a partir de finales de este año, por lo que ahora empiezan los últimos 11 meses del italiano junto a la casa de Iwata.
Este miércoles Yamaha completó su alineación para el próximo año, con el esperado ascenso del francés Fabio Quartararo, quien en 2019 realizó grandes actuaciones con la escuadra satélite de la marca japonesa, y si bien la victoria se le negó, en varias ocasiones finalizó por delante de los dos pilotos oficiales.
Con ello, la balanza estaba inclinada a su favor y con el español Maverick Viñales como un joven en ascenso, la elección lucía obvia, en especial ante el equipo que han formado sus rivales Honda con los hermanos Marc y Álex Márquez.
Resulta difícil pensar que Yamaha tomara la decisión sin consultarte a Valentino Rossi sus planes o sus expectativas. Por más que incluso esa relación se rompió en 2010 cuando anunció su paso a Ducati en 2011, siempre se mantuvo un lazo de respeto, situación por la cual regresó con ellos en 2013 y manteniéndose hasta la fecha.
La cordialidad no es para menos. El italiano apostó por ellos cuando todos consideraban que nunca estarían al nivel de Honda, quien a inicios del siglo dominaba la categoría reina. Hubo quienes ante el cambio de Il Dottore a la casa de Iwata pensaron que nunca volvería a ganar no solo un campeonato, sino ni siquiera una carrera.
La respuesta llegó pronto, en la primera competencia de la temporada en 2004 cuando en Sudáfrica se impuso por delante de todos sus rivales en el inicio de una campaña en la cual sumó nueve victorias y su cuarto título en la categoría reina. A ese le siguieron tres más, el último de ellos en 2009 para cerrar la cuenta de Rossi en siete dentro de MotoGP (2 en los 500 cc) y dos más mundiales (uno en 125 y otro en 250 cc).
La segunda etapa de Il Dottore con Yamaha no ha sido lo que esperaban, aunque tampoco podría calificarse de terrible. Entre 2014 y 2016 finalizó segundo del campeonato, y en 2018 volvió a pelear por el cetro concluyendo tercero. En 2019 la caída fue estrepitosa y apenas le alcanzó para el séptimo general, dos posiciones por debajo de su ahora reemplazo.
Por ahora Rossi dice que mantiene sus esperanzas en competir en 2021, pero sus únicas opciones son ir a un equipo satélite, es decir a una escuadra que recibe apoyo de la fábrica pero sin ser una escudería oficial, lo cual lo relegaría a un papel en segundo plano.
La idea de dejar MotoGP a sus 40 años puede ser otra opción. Rossi ya ha ganado todo lo posible y su nombre está inscrito en letras dorados dentro de la categoría, no solo por sus victorias, sino por la forma en que atrajo al público a nivel global a la categoría, un efecto que los últimos campeones como los españoles Marc Márquez y Jorge Lorenzo no han conseguido, pero que irónicamente, Quartararo, ha ido ganando, al sumar un aprecio mayor fuera de Europa. El lugar de Il Dottore parece quedar en buenas manos en Yamaha.
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