A pocas semanas de que entre en vigor el Tratado de Libre Comercio entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), el gobierno mexicano reiteró que está a favor de una economía abierta, aunque haya cambios institucionales que parecen contradecir esa postura. Ante ese panorama, Claudia Jañez, presidenta del Consejo Ejecutivo de Empresas Globales (CEEG), señala que deben existir reglas claras para los sectores que buscan invertir en el país.
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Como presidenta del CEEG, Jañez representa a cerca de 50 empresas multinacionales en México que aportan alrededor de 10 por ciento del producto interno bruto, 40 por ciento de la inversión extranjera directa, 11 por ciento de las exportaciones nacionales y 2 millones de empleos directos e indirectos. También es CEO para América Latina de DuPont , firma estadunidense con negocios de transporte e industria, entre otros.
En entrevista con MILENIO, asegura que es indispensable mantener un diálogo abierto y de colaboración entre el gobierno y el sector privado, y no caer en la confrontación, pues lo que se busca es la preservación del empleo y las inversiones que se traducen en bienestar para las familias.
“Tiene que haber piso parejo para la competencia, reglas claras y las mismas para inversión privada, extranjera y mexicana, y para la inversión en aquellas empresas que dependen del Estado. No puedes tener en una economía abierta como la mexicana, ni preferencias desde el gobierno para algunos y castigo a otros en el mismo mercado y en la misma industria”.
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Los cambios de reglas alejan la inversión, ¿preocupa en el exterior los cambios en energía?
Lo vemos con gran preocupación porque estas inversiones se hicieron con reglas claras. Aplaudimos que se revisen contratos si es que hubo corrupción, aplaudimos que se persigan los contratos que no se dieron de acuerdo con las condiciones o aquellos en donde las partes no cumplieron. En este tema de energías limpias, al final, todos estos contratos, todos los pilotos y pruebas se hicieron con unas reglas establecidas, con un marco jurídico aprobado, vigente y no nada más internamente, sino de acuerdo inclusive acorde con tratados internacionales que estaban y siguen vigentes.
¿Qué causa más nerviosismo en el sector energético?
Vemos con gran preocupación que por medio de acuerdos, opiniones y resoluciones de la Comisión Reguladora de Energía (CRE) se incrementen tarifas en casos como las de mínimo consumo hasta de 900 por ciento, y además hay desinformación de cómo son las relaciones entre el sector privado y CFE. Creo que lo más importante, lo que vemos con más preocupación, más allá de si es un tema energético, de infraestructura o consumo, es que en un país abierto tiene que haber piso parejo para todos.
¿Estas acciones pueden contaminar otras áreas?
Sí, porque es una suma de mensajes en donde el capital y las inversiones van adonde son bienvenidos, adonde hay señales positivas y de certeza, estabilidad, reglas claras y piso parejo para todos. La inversión genera empleo y desarrollo, y para tomar una decisión de largo plazo se debe estar consciente de que esas inversiones las van a cuidar independientemente del régimen político, partido político o ideología que esté en el poder.
¿Es un riesgo no cumplir en el T-MEC con reglas claras?
Sí, definitivamente, creo que lo último que todos queremos es que entre en vigor el T-MEC y que en vez de beneficiar y que sea una oportunidad para traer más inversiones a México, y aprovechar las nuevas reglas del tratado, tengamos excusas de cómo no vamos a cumplir o que de hecho no cumplamos; sí me parecería muy grave, yo confío en que esto no va a ser así.
¿Las autoridades deben poner más atención en cumplir con el T-MEC?
Confío en que tanto la Secretaría de Economía como la de Relaciones Exteriores y la Oficina de la Presidencia estén conscientes de que firmamos un acuerdo para mejorar y llevar a México a una nueva era. Confío en que lo aprovecharemos, no solo es tarea del gobierno, sino del sector privado también.
¿Qué tan importantes son los órganos autónomos?
Tiene que existir la independencia de los órganos reguladores y por eso vemos con suma preocupación el que la CRE emita resoluciones de esta manera y que además nadie quiere terminar en litigios, porque al final esto es un perder-perder para todas las partes.