Ayer Chivas anunció la venta definitiva de Rodolfo Pizarro a Rayados de Monterrey por una cifra superior a los 15 millones de dólares.
El tamaulipeco sabía a la perfección que no entraba más en planes y que había un principio de arreglo con los regios y por eso se anticipó el sábado, antes del anuncio oficial y pedía que no lo vendieran hasta después del Mundial de Clubes, pero la dirigencia no le prestó atención a su volante ofensivo y fue traspasado a los de El Barrial.
La intención de Pizarro era la de poder jugar el Mundial de Clubes con Chivas, pero no hubo ninguna oportunidad, los balances financieros estaban mal y había que aprovechar el dinero que Rayados ponía en la mesa.
Rodolfo Pizarro así vio que dos de sus anhelos se fueron por los suelos, primero el Mundial de Clubes y después la posibilidad de ir a Europa, pero los equipos que lo pretendían ponían una tercera parte de lo que desembolsó el cuadro norteño. Chivas vendió a su más grande activo y llega al régimen de transferencias buscando armar un equipo competitivo, pero sin sacar la cartera. Misión imposible para Gabriel de Anda.
GPE