Finalmente, la anhelada victoria como local llegó para los Ángeles de Puebla, que la noche del miércoles, vencieron por marcador de 86 puntos a 81 a los Libertadores de Querétaro, con lo que la escuadra rompió el ayuno de juegos ganados en el Gimnasio “Miguel Hidalgo”, donde la franquicia no obtenía un saldo a favor desde casi un año atrás.
Obligados a darlo todo, la quinteta azul y blanco saltó desde el primer cuarto con la firme intención de imponer condiciones, sin embargo fueron los visitantes los que sorprendieron al tomar pronto la batuta, poniendo contra la pared a los pupilos del coach Jhovanny García que pronto enmendó su estrategia para revertir la situación.
De la mano de Travis Elliot, Jeffrey Burgos y Oscar Limón, los angelinos remaron contra corriente para no sólo equilibrar parcialmente la balanza, sino de a poco establecer condiciones, logrando una importante ventaja de 29 por 21 al finalizar el primer cuarto, lo que sin duda fue una inyección en lo anímico para la causa poblana y la afición que ahí se dio cita.
Aún con la inercia del primer parcial, Burgos y Limón se mantuvieron constantes en sus encestes, lo que obligó a los queretanos a responder casi de inmediato para no ceder por anticipado a la propuesta contraria, siendo Xavier Allen y Justin Satchell los que impidieron que el daño fuera en aumento, y por el contrario, ayudaron a su causa a mantenerse a flote.
Tras la baja en la producción ofensiva de los poblanos, Libertadores logró no solo emparejar cifras, sino amenazó con despegarse, lo que para buena fortuna de los locales no sucedió, ya que en los momentos de mayor apremio, los encestes de William Green y Travis Elliot dejó el 45 por 45 al término del segundo periodo previo al descanso del medio tiempo.
Las cosas quedaron sumamente calientes en la duela, y justo al reanudarse el juego, la acción polémica entre Jeffrey Burgos de Ángeles y Ramón Barreno de Querétaro, culminó con la inesperada expulsión del estelar boricua del cuadro angelopolitano, que pese a perder en dicho instante a su mejor elemento a la ofensiva, el resto sacó la casta y no permitió que los contrarios se salieran con la suya.
Gracias a G'Mitri Rice, Eder Herrera y Óscar Limón, el conjunto azul comenzó a desplegar alas con rompimientos a velocidad, respaldado por una férrea defensa, lo que con el transcurrir de los minutos generó un ambiente de comunión con su público, que no dejó de alentar y vitorear hasta que la ventaja de 67 por 62 al finalizar el tercer lapso estremeció el coso.
Tal como se esperaba, el último cuarto resultó de alarido y sumamente reñido, no obstante sobre la recta final, los Ángeles hicieron valer su condición y marcaron su territorio, marginando a los queretanos de cualquier intento de reacción para decretar así el 86 por 81 final que los hizo estallar de júbilo.
MPL