En estos momentos todo es incertidumbre en el futbol mexicano. Rumores van y vienen, pero lo que parece casi inevitable es que el Clausura 2020 terminará por cancelarse. Eso sí, la propuesta aún no se ha votado y, por lo tanto, no es un hecho consumado, pero parece que es cuestión de tiempo para que así sea.
La pandemia por el covid-19 puso en jaque a la Liga Mx y está a nada de asestarle el mate, y aunque puedan existir intereses de toda índole, lo prioritario tiene que ver con salud de los protagonistas y eso no es negociable.
Y este tema va en dos rubros, el que tiene que ver directamente con los protocolos para evitar contagios del coronavirus, y el físico, que se centraría en el tiempo que necesitan los jugadores para acondicionarse y evitar lesiones. Esto lleva a otro punto, el del calendario, pues mientras más se retrase la luz verde del gobierno federal, no solo se afecta la conclusión del Clausura, sino también el inicio y desarrollo del Apertura. Un calendario perjudicaría de muchas maneras.
Así lo vislumbra Alfonso Sosa, entrenador del Necaxa, quien cree que además de las pruebas médicas, se necesitarán varias semanas para que el futbolista pueda minimizar el riesgo de las lesiones.
“El jugador no ha tocado el balón, que al final es lo que preocupa. Es como llegar a la Jornada 1, yo creo que, incluso, por ahí con ciertas desventajas, porque ha sido más tiempo, va a costar trabajo; además, hay otra situación, no sabemos cómo regresaría el torneo, si empieza a involucrar las jornadas dobles, lo que representaría un trabajo físico importante, incluso con riesgo de que el jugador se vaya a lesionar. Aquí lo más importante es cómo lo vamos a manejar para que el jugador llegue o trate de llegar de la mejor forma”, afirma.
Para Ángel Sosa, director deportivo del Puebla, el debate debe tener como eje central el garantizar la salud de los involucrados en caso de que el torneo se reanude. Ellos como club preparan sus propios protocolos en caso de que se decida jugar.
“El futbol pasó a segundo término. Lo primero es revisar el tema de salud en cuanto a nuestros jugadores, los aficionados y nuestras familias. Por eso nos regimos con base a lo que dice la Secretaría de Salud para cuidarlos a ellos (los futbolistas) y a cuidarnos todos”, menciona.
El directivo también prevé un calendario saturado que exigiría una buena preparación física: “Si se reanuda la competencia, la visualizamos en un formato rápido, con dobles jornadas. El que esté mejor preparado y el que tenga jugadores que estén más cercanos a su nivel, es el que va a poder sacar una ventaja”.
Y apenas este fin de semana el vicepresidente de Univisión Deportes y TUDN, Juan Carlos Rodríguez, advertía sobre la necesidad de que los clubes empezaran a renegociar los contratos televisivos, de patrocinios y con los jugadores. Aunque el golpe económico por cancelar el torneo sería grande, quizá el hecho de darle más tiempo al inicio del Apertura pueda facilitar la renegociación y evitar una crisis mayúscula en la industria.
Salvo que el tema sanitario mejore -algo que luce difícil- el Clausura luce sentenciado.
Las razones
Crisis sanitaria
Con el semáforo del gobierno no todos los clubes reiniciarían actividades al mismo tiempo.
Riesgo de lesiones
Existe el temor a las lesiones; se necesitarían más de dos semanas de trabajo físico.
El calendario
Mientras más se retrase el Clausura, más afectará al Apertura; habría saturación.
Estadios vacíos
La taquilla representa un 25 por ciento de ingresos; aunque se regrese, será a puerta cerrada.