Rafael Puente del Río encara el reto más importante de su carrera como entrenador, el estratega de 43 años fue designado como líder de Pumas, se hace cargo de un equipo grande y tiene la misión de darle un giro a su trayectoria y de revertir la imagen de una escuadra que el curso pasado quedó muy por debajo de las expectativas.
En entrevista con MILENIO-La Afición, Rafa analiza lo que ha encontrado en el equipo, avisa de los rasgos que pretende como sello para su pelotón y aunque el escepticismo sobre su persona se mantiene latente, no le presta atención, porque está convencido de que puede con el desafío.
¿Qué encontraste en Pumas después de tantos años?
A nivel institución sigue conservando esos valores que me marcaron en mi formación como futbolista y en mi culminación de formación como persona, porque los cimientos sólidos de mis valores humanos los adquirí en mi casa y se potenciaron en mi paso por el club. Y a nivel equipo, y estrictamente hablando de lo deportivo, me encontré con un grupo muy noble y muy dispuesto al trabajo y muy consciente de la deuda que tiene con la afición.
Hablando de esa deuda, ¿has visto en los ojos de los jugadores hambre de revancha?
Sí por supuesto, y una conciencia total del compromiso y de la responsabilidad que se tiene, como yo también la tengo muy clara, y muchas otras cosas en las que empatamos.
¿Qué le hace falta a Pumas por mejorar?
Siempre hacen falta cosas, y siempre se puede y se debe de mejorar y trabajamos para ello, creo que son muy conscientes de que el torneo anterior no estuvieron a la altura de las expectativas que demanda una institución como ésta, pero no hay nada mejor que, primero, ser conscientes y después trabajar en el día a día. Siempre he dicho que las palabras al final se las lleva el viento y los hechos ahí quedan plasmados; entonces, no tengo ninguna duda que trabajando como trabaja este grupo terminará por encontrar la recompensa que todos anhelamos.
En tu presentación hablaste de un equipo protagonista. ¿Cuál será el sello de Pumas?
Esa mística que históricamente ha distinguido a esta institución; me encontré un grupo muy consciente de su presente, de su deuda por así decirlo, y con una entrega y una disposición al trabajo admirable y cuando alguien trabaja tarde o temprano encuentra recompensa.
¿Y el estilo?
La entrega nunca será negociable, el equipo tendrá que morirse en la raya siempre en cualquier cancha y ante cualquier rival, eso no es negociable; después habrá que ser muy pragmático para entender que habrá contextos donde nos favorezca alguna idea de juego y otros donde tendremos que apelar a una distinta, pero siempre partiendo del pilar o de los pilares no negociables que son la entrega, la disposición, el insistir, persistir y nunca desistir. La combatividad, la solidaridad como equipo, esos son valores no negociables.
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¿Premiarás la meritocracia, jugará el que lo merezca?
Sí, por supuesto, creo que como entrenador se vuelve fundamental que seas justo, pero también que seas muy asertivo en la toma de decisiones y para eso se vuelve importantísimo el grupo de trabajo que te acompañe. Trabajo en equipo, siempre he trabajado así y siempre he expresado que un buen líder es quien identifica sus debilidades y descansa éstas en fortalezas de otros; no soy bueno para todo, para algunas cosas soy mejor que para otras.
¿Qué piensas del escepticismo sobre tu persona que no desaparece en redes sociales?
Es que no me detengo a pensar en eso porque perdería tiempo muy valioso, prefiero ocuparme lejos de preocuparme y me ocupo de cada día ser mejor, de proveer las mejores herramientas a los futbolistas para que éstos puedan potenciarse.
¿Cómo te imaginas el domingo 8 de enero?
Disfrutando de la bendición que implica estar en un estadio al que le tengo un gran cariño, y viviendo un sueño sin ninguna duda; no te voy a mentir, siempre anhelé poder estar en la cancha de Ciudad Universitaria con la playera de Pumas, no va a ser este el caso porque no juego, pero tendré, de alguna forma si bien no un rol protagónico, pues un rol vamos a llamarle secundario, y ese día estaré cumpliendo un sueño.
Lo primero que haré es agradecerle a Dios por tener esa oportunidad y después me entregaré en cuerpo y alma junto con mi grupo de trabajo para que el equipo esté listo para arrancar un torneo que esperemos en Dios pueda ser el que anhelamos todos.
Te noto muy seguro para lo que viene
Y me notarás siempre, porque el día que yo deje de estar seguro tendré la autocrítica y la capacidad de decir ‘sabes qué, no estoy listo para corresponder a la exigencia de esta institución’ y me haré a un lado. Claro que estoy seguro y me ocupo todos los días de estar más seguro, y al final el mensaje hacia los futbolistas es ese y los futbolistas acompañan este mensaje con su forma de entrenar.