El español Antonio Ferrera, había generado altas expectativas después de su gran participación en la México, y aquí en León abrió con “Riondito”, un zaino de 470 kilos.
Con su segundo toro ‘Mosquito’, Ferrera perdió los trofeos por fallas con la espada. Había hecho una buena labor muleteril, con calidad, ante un toro con recorrido y transmisión, al grado de que Ferrera fue ovacionado por el público.
Sergio inició con el primero de su lote y segundo de la tarde “Don Chago”; no tuvo opción. El empeño por sacarle algunos pases no tuvo frutos, incluso se escucharon algunos silbidos desde las tribunas.
En el quinto de la tarde, nombrado “El Profe Mauri’ en honor al finado cronista taurino Arturo Barrera Mauri, Sergio Flores volvió a pinchar y después de realizar una faena interesante se escucharon los aplausos.
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Diego San Román sorprendió al público leonés, ya que lo habían visto como novillero y regresaba como matador de toros. Con su primero de la tarde, de nombre “Orteguita”, se llevó dos sustos que en eso quedaron; fue prendido sin consecuencias por un toro que no daba para más, y pinchó en dos ocasiones.
Después llegó el sexto de nombre “Don Lalo”, en honor al taurino y empresario Eduardo Portugal, y después de un no muy buen desempeño por parte del toro, se anunció uno de regalo; “Zamorita”, el séptimo en ser toreado, era de poco peso pero más audaz que los toros anteriores.
San Román lo llevo hacia el picador, y en los medios continuó alternando medias verónicas y saltilleras; con la muleta dio una faena variada en los medios, remató colocando la espada en todo lo alto para dar cierre a su actuación.
Fue tal la actuación del Queretano, que el juez de plaza otorgó una oreja, pero por reclamos en los tendidos consintió una segunda. San Román, triunfador de la tarde, salió en hombros de la plaza La Luz.
ALOL