Si bien las más grandes glorias del deporte suelen presentarse en competencia, y el taekwondo ha sido clara muestra de ello en las últimas cuatro décadas, existen otros rubros dentro de dicha disciplina que a muchos de sus exponentes han dado múltiples y grandes satisfacciones, tal es el caso de la juez internacional oaxaqueña, avecindada en Puebla, Sandra Guzmán López Velarde, directora operativa del Instituto Especializado de TKD.
Originaria de Oaxaca, donde vio la luz en octubre de 1990, la ingeniera en Mecatrónica, profesora de formas en taekwondo, disciplina que domina desde su juventud, encontró precisamente a corta edad su pasión fuera de la zona de combate, lo que a ella ha brindado un cúmulo de experiencias, logros y sueños, mismos que ahora comparte con los lectores de MILENIO Puebla.
¿Cómo se da tu primer contacto con el mundo del deporte?
“Con la charrería, mi papá fue charro por unos muy buenos años, mi mamá escaramuza, mi hermano y yo chiquititos en los desfiles del 15 de septiembre y el 20 de noviembre, fue mi primer acercamiento, más que al deporte, a todo el contexto de lo que es una disciplina como tal. Sí tuvimos clases, ya como disciplina, de danza folklórica, hasta que un vecino nos invitó a tomar clases de tae kwon do con él, empezó primero mi hermano, después yo y ya me quedé”.
¿Cómo fue el cambio de la charrería, la danza, a un deporte de contacto?
“Sí fue un tema, no complejo, fue muy bien llevado, sí fue un mundo que disfruté mucho, como todos los deportes tiene muchas bases, tantas metas a corto plazo que tú mismo te vas motivando, al darte cuenta que eres tu propia medida y vas mejorando, es lo que le quitó todo el tema de los golpes, el tae kwon do se llevó en base a mí y a mis logros”.
¿Cómo se da tu evolución como deportista en el tae kwon do?
“La institución a la que yo pertenecí tenía un enfoque formativo, más que un tema deportivo fue una cuestión de formación, te inculca el respeto, con tus profesores, compañeros, con alumnos de mayor grado, pero sobre todo contigo y tu trabajo, esa parte fue fundamental. Sí había competencias, pero no oficial, eran más internas, poco a poco fue irle perdiendo el miedo, a dar lo mejor de ti en cada competencia, pero empecé muy chica en el arbitraje, mi primer capacitación la tomé a los doce años, me abrió un panorama completamente diferente, las competencias de más alto nivel las he vivido como árbitro, mi primer estatal donde participé como juez federado fue una experiencia muy diferente”.
¿Qué te impulsó a querer ser árbitro tan joven?
“Mi maestro cuando íbamos a hacer el examen de cinta negra, nos metía a clínicas de arbitraje, era requisito, descubro en una situación muy banal, al ser la más pequeña me pegaba con los más grandes porque me cuidaban, pero siempre iba hasta adelante, en un evento, los maestros (jueces) venían con sus uniformes, con sus trajes, con sus mascadas, con corbata, muy elegantes, recuerdo que se paró el evento, los que estaban organizando los saludaron, ese gesto de respeto me llamó mucho la atención, cuando te hablan del conocimiento de las entrañas del deporte que te apasiona, eso me cambió completamente, ese fue el momento en que dije -esto me gusta-, esto quiero, quiero saber así y quiero que me vean con el respeto que a ellos los ven el día de mañana”.
¿Qué te trajo a Puebla?
“Cuando estudiaba la Prepa, Oaxaca vivía un momento político muy difícil, un tema bastante fuerte, mi hermano ya había salido de la ciudad buscando estudiar fuera de Oaxaca, la carrera que a mí me gustó no existía, la Upaep desde que fue a la preparatoria en la que yo estudiaba, presentó el programa y dije -esto me gusta-, me dieron las facilidades y vine para acá”.
¿Fue Puebla la llave a tu crecimiento como juez?
“Totalmente, en Oaxaca fue una parte formativa, pero ya registrada como parte de la Federación Mexicana fue aquí en Puebla, es hasta que llegué aquí que cumplí los dieciocho años, cuando llego pagué mi afiliación, me dan de alta, me invitan al colegio y comencé a participar en eventos a nivel estatal y nacional, de ahí fue como empezamos este récord a nivel nacional pero ya estando aquí”.
¿Cuáles son tus próximas metas?
“Me encantaría un Mundial de Formas, cualquier juez sueña con ir a Juegos Olímpicos, sé que es un sueño lejano, pero estamos trabajando para tener todas las herramientas necesarias para acercarse, un Mundial, un Grand Prix, son experiencias totalmente diferentes, esas son mis metas”.
¿Qué mensaje le das al gremio de todos los que están en el tae kwon do?
“El tae kwon do es tan noble, desde la trinchera que lo veas, te va a redituar en muchas y muy buenas experiencias, ya sea el arbitraje, como coach, como profesor, formador y competidor, ahí están sus glorias más evidentes, pero en cualquier rubro donde decidas involucrarte, ser responsable y respetuoso de tu esfuerzo, el tae kwon do te da la oportunidad de hacer cosas que seguramente ni siquiera estás consciente de que puedas hacerlas”, finalizó.
AFM