“Yo sigo considerando que el mejor juez es el público”: Blue Demon

Entrevista

De oficio ferrocarrilero, Alejandro Muñoz Moreno dejó su natal García para buscarse un mejor futuro en Monterrey; su gusto por el deporte lo llevó a iniciarse en la lucha, impulsado por Rolando Vera, se convertiría en ídolo de masas: Blue Demon

FOTOS: Especial y Archivo
Héctor Benavides
Monterrey /

Durante los años 1966 y 1967 acompañé a don Rodolfo Guzmán Valdez –Tío Rodolfo, como aprendiz de cronista de lucha libre a las funciones semanales en la Arena Coliseo de Monterrey, cuya última función fue el 27 de marzo de 2022.

En esos años inolvidables narré y entrevisté a grandes luchadores como El Santo, Rayo de Jalisco, Huracán Ramírez, y uno a quien dedico esta página del Archivo de un Reportero, Alejandro Muñoz Moreno: Blue Demon, al que volví a entrevistar 30 años después, en el hotel Ancira de Monterrey, meses antes de su muerte acaecida el 16 de diciembre del año 2000.

De vivir, Blue Demon hubiera cumplido 100 años de edad el pasado 24 de abril de 2022.

Blue Demon: Destructor de espías (1968) fue uno de sus grandes éxitos taquilleros.

Las momias de Guanajuato (1970) es considerada una película de culto.

¿Qué le dice el nombre de Rolando Vera, don Alejandro?

Mi gran amigo, mi maestro.

¿Usted conoció al maestro Rolando Vera en Ferrocarriles?

En Ferrocarriles, pero aquí en Monterrey.

¿Y él fue el que lo enseñó?

Exactamente, el contacto que hubo entre él y yo fue por medio del ferrocarril, porque él trabajó, igual que yo, en los Ferrocarriles Nacionales de Monterrey.

¿Él lo bautizó?

Bueno, más bien fue él quien me proyectó. Primero como deportista. Tuve una competencia de lucha olímpica aquí en Monterrey, pero todo ese principio me lo hizo Rolando Vera.

¿Y usted debutó en Laredo, Texas?

Sí, precisamente Rolando tuvo o tiene contactos, en aquellos años, de un aficionado que estaba en Laredo, Texas, como algo así de la Policía, pero era muy aficionado a la lucha libre.

¿Dónde entrenaban?

Aquí en el Círculo Mercantil. Hasta me pusieron un sobrenombre: El Tosco.

¿Como El Manotas?

Pero en aquel tiempo todavía no me decían El Manotas, sino El Tosco, porque cuando yo les palmeaba la espalda en forma de saludo, me decían: “Oye, saluda, pero no golpees”.

Lo identificaban mucho por la fuerza.

Sí, por la fuerza y la forma de utilizarlas. Siempre Rolando tuvo la precaución de enseñarme cómo se debe de pegar y cómo se debe de parar un golpe del contrario.

El arquitecto Benavides conversó con él en 2000, en el hotel Ancira.

Alguien dijo que usted en una ocasión le criticaba eso a El Santo, que no sabía golpear.

Efectivamente, la crítica a veces no es correcta, porque uno no puede juzgar a nadie, simplemente lo dice un dicho y dice bien: “Lo que juzga son los hechos”.

En muchas ocasiones se habló de su rivalidad con El Santo, deportivamente hablando… ¿fue real esta rivalidad?

No hubo más que una convicción porque la persona que obtiene una preparación y además una definición sobre si lo aprendió o no, entonces eso da y cabe un derecho de criticar al contrario, pero no en público.

Esto es una crítica a la que nos enfrentamos, antes de llevar a cabo un encuentro, ante la opinión pública, porque vamos a suponer, el público, (al cual) yo sigo considerando como el mejor juez... vamos a suponer, me ganaba El Santo, pero digamos, yo aceptaba la rendición, pero el público no estaba convencido.


LAS MÁS VISTAS

¿Ya tienes cuenta? Inicia sesión aquí.

Crea tu cuenta ¡GRATIS! para seguir leyendo

No te cuesta nada, únete al periodismo con carácter.

Hola, todavía no has validado tu correo electrónico

Para continuar leyendo da click en continuar.