La ganadora de tres Grand Slams en distintas superficies ha decidido perseguir otros sueños. Tras la conmoción creada por el anuncio de su retiro del tenis a sus 25 años, la australiana ha decidido enfocarse en Ashleigh Barty la persona y no en Ashleigh Barty la atleta. El deporte la va a extrañar, por que si bien ya le había dicho adiós al tenis en alguna ocasión, no es lo mismo hacerlo como No. 1 del mundo.
Si bien su especie de retirada del deporte blanco a los 18 años en 2014 pasó desapercibida ya que estaba fuera del Top 200 del ranking, se trataron de dos años que hoy marcan un importante antecedente en su persona. Terminó jugando cricket para experimentar lo que era el deporte en equipo en vez del individual y para poder vivir como una adolescente normal cerca de su familia, sin viajar. El desgaste físico y emocional se había convertido en demasiado.
En 2016 anunció su regreso. 2017 marcó el año de su irrupción de talento y consiguió su primer título. Si bien en singles le faltó conquistar el US Open, habrá que recordar que fue su primera y única conquista de Grand Slam en dobles en 2018. Después llegó Roland Garros en 2019 y en 2021 Wimbledon, su máximo sueño. Pero mientras disfrutaba de su éxito, faltaba un elemento, las restricciones por pandemia la obligaron a estar seis meses fuera de Australia sin poder ver a sus seres queridos y poder competir.
Tras conquistar la Catedral, el nuevo objetivo era ganar en casa, donde ninguna local había conquistado el Abierto de Australia en 44 años. Barty lo hizo hace apenas tres meses. Ahora a un mes de cumplir 26 años y a 12 de dar el salto a profesional le dice adiós al deporte blanco de la manera más sincera “No tengo la fuerza física, el deseo emocional ni nada de lo que se requiere para desafiarme más a mí misma en el nivel máximo. Estoy desgastada".
El acto no es común ni en el tenis, ni en el deporte si no es por lesiones. La belga Justine Henin es un antecedente de 2008, quien también dijo adiós como No. 1. Regresó pero las lesiones la obligaron a un retiro definitivo en 2011. En la rama varonil otro que causó impacto con su despedida fue Bjorn Borg a los 26 años. Los mensajes de despedida de distintas jugadoras del tour, así como de leyendas como Billie Jean King tienen un común denominador, Ashleigh Barty era admirada y respetada por quien era fuera del deporte. Discreta, alejada de los focos mediáticos, portavoz del orgullo aborigen y humilde.
Barty se despide con 15 títulos de la WTA, 12 en dobles, 114 semanas como No. 1 del ranking, con 25 de sus últimos 26 partidos ganados y 23.8 millones de dólares en ganancias de premios. En noviembre anunció su compromiso con el golfista Garry Kissick, con quien mantiene una relación desde 2016.