La tenista estadounidense que revolucionó el tenis femenil con la creación de la WTA consiguió 12 títulos de Grand Slam en su carrera antes y después de la era abierta. Seis de ellos fueron en Wimbledon, donde más brilló, pero quizá si se tuviera que elegir solo una de sus épicas batallas en la Catedral sería la victoria de 1973, el año en que se convirtió en la primera tenista en conquistar la triple corona.
En un rápido recuento fue en 1966 que se llevó el título de Wimbledon en singles por primera vez. El 8 de junio de 1967 consiguió el segundo de tres títulos consecutivos, pues para 1968 ya acumulaba tres. Después vendría el enfoque en la creación de la WTA, por lo que fue hasta el 7 de junio de 1972 cuando venció a Evonne Goolagong que consiguió el cuarto, y exactamente un año después venció a Chris Evert para el quinto.
El partido fue relativamente sencillo para ser una final. King venció a su compatriota, ganadora de 18 Grand Slams, en dos sets 6-0, 7-5, y así defendió su título. Pero lo especial de esa victoria fue el contexto en el que se dio. En 1973 se fundó oficialmente la WTA, días antes de Wimbledon, cuando Billie logró convencer a las jugadoras de unirse en un mismo tour y exigió mejor paga para ellas. Después fue y ganó también el dobles femenil y mixto, una exigencia máxima de partidos. Ese mismo año además protagonizaría “La batalla de los sexos” al enfrentare a Bobby Riggs.
Pasarían tres años y en 1975 alzó el quinto. Este significaría su último título de Grand Slam, una despedida en grande, aunque en dobles todavía acumuló otros trofeos hasta 1980. En dobles en Wimbledon ganó 10 títulos en dobles y cuatro en dobles mixtos, para un recuento final de 20 en todas las categorías.