Andrea Jaeger, ex tenista prodigio en los años 80, década en la que destacó por ganar una final con tan solo 15 años y antes de cumplir 18 ya había llegado a dos finales de Grand Slam, pero en su paso por el plano profesional reveló haber sido víctima de acoso sexual en varias ocasiones.
La nacida en Chicago hoy en día es monja y a sus 57 años decidió dar una entrevista para The Independent, en la que rompió el silencio para relatar el martirio que vivió gracias a una oficial del personal de la Asociación de Tenis de Mujeres (WTA) cuando solo tenía 15 años.
La ganadora de 10 títulos se retiró cuatro años más tarde por una lesión en el hombro que la hizo ser operada en siete ocasiones, pese a ello logró sorprender con su talento en la época en la que Martina Navratilova y Chris Evert dominaban el circuito. Sin embargo, no la pasaba nada bien, pues aseguró que "fui acosada al menos 30 veces".
"Me cambiaba en baños portátiles o un baño para evitar los comentarios, el interés o las acciones de otras personas. Tuve al menos 30 incidentes con una miembro específico del personal, intentos físicos, todos en el vestuario muy, muy temprano en mi carrera. Esa empleada en particular del personal tuvo un gran problema para mantener sus manos quietas. También evitaba quedarme sola en las salas de entrenamiento porque allí también se me acercaba".
La ex tenista estadunidense, quien se caracterizaba por saltar a las pistas con dos coletas de caballo y una bincha, fue en aquel entonces la más joven en ser cabeza de serie en un Grand Slam (Wimbledon 1980), una década más tarde Jennifer Capriati le quitaría este récord.
En 1982 vivió otra pesadilla tras la celebración del Campeonato de la WTA, pues la hicieron ingerir bebidas alcohólicas, las cuales no le cayeron bien.
"Cuando llegamos, ella me acompañó hasta la puerta y probó algo conmigo. Estaba tratando de besarme. Estaba tan mal que subí las escalares de casa tratando de no vomitar para que mi padre no me viera".
Tras su retiro en 1987, Andrea Jaeger se dedicó a ayudar a los niños pobres a través de obras filantrópicas; tres años más tarde creó la fundación Silver Lining para ayudar a niños con cáncer.
Fue hasta 2006 que tomó los hábitos para la orden dominicana y es miembro de la Iglesia Episcopal en Santa Rosa Beach en Florida.
En su relato aseguró que en diversas ocasiones quiso hablar de lo sucedido a la propia WTA, pero en lugar de recibir apoyo, solo fue víctima de varias amenazas. Después de 40 años decidió hablar debido a que hoy en día sigue pasando en cualquier deporte: "Si un niño se enfrenta a situaciones similares, también puede quedarse callado cuando se siente amenazado. No quiero permitir que sufra más daño".
"Me dijeron: 'si dices una palabra más sobre esto, nos aseguraremos de que la beca de tu hermana en Stanford sea retirada'. Cada vez que intentaba defenderme, me amenazaban con hacerle daño a otra persona".
ZZM