Final de Wimbledon, la disputa de una época entre Alcaraz y Djokovic

Edición Fin de Semana

Novak Djokovic busca empatar a Federer como el máximo ganador de Wimbledon, mientras Carlos Alcaraz sueña con doblegar al más ganador de todos los tiempos

Final de Wimbledon entre Djokovic y Alcaraz disputa una época (Especial)
Eduardo Espinosa
Ciudad de México /

Como si fuera obra del destino, Carlos Alcaraz nació en 2003, el año en el que Roger Federer abrió la época más competitiva y espectacular del tenis profesional: la del Big Three. En ese momento, el suizo conquistó su primer Grand Slam en el mítico torneo de Wimbledon y después de ahí se encaminó a dominar el llamado deporte blanco hasta el surgimiento de Rafael Nadal y Novak Djokovic.

Ellos tres han sido los protagonistas de las dos últimas décadas, monopolizando los cuatro grandes –cada uno alcanzó los 20 Grand Slams– y ofreciendo batallas memorables; sin embargo, el tiempo del Big Three ha llegado, y solo Nole sigue en la carrera para acrecentar su leyenda ante el retiro de Federer en 2022 y el anuncio de Rafa de no competir hasta 2024, cuando también dejará las canchas.

Pero justo a los 20 años de que Federer abrió esta época de gloria, ahora se presenta en La Catedral la nueva joya del tenis para reclamar el trono que posee Djokovic. Sí, Carlos Alcaraz, quien, a diferencia del Roger de aquel tiempo, ya trae un Grand Slam bajo el brazo (el del US Open de 2022), y que también, contrario al escenario que vivió el suizo en 2003, se enfrentará al tenista que desde hace unos meses reclama ser el mejor de todos los tiempos.

La conquista de Wimbledon

A Novak Djokovic le tomó cinco años –después de que Federer ganara su primer Wimbledon– para conquistar su primer Grand Slam: el Australian Open de 2008. Y otros tres para ganar su primer Wimbledon en 2011, venciendo a Rafael Nadal en lo que ya era la batalla abierta entre estos tres tenistas.

De repente cada uno de estos legendarios tenistas tomó un Grand Slam como estandarte: para Federer era la elegante hierba de Wimbledon, escenario que atestiguó ocho conquistas por parte de Su Majestad; para Rafael Nadal fue la excelsa arcilla de Roland Garros, en la que el de Manacor se impuso en 14 ocasiones; mientras que para Novak fue la estética superficie dura de Australia, en la que ha ganado 10 títulos.

Sin embargo, en el momento en el que Federer entró en su declive profesional, ahí emergió el voraz Djokovic para también apropiarse con nombre y apellido propio de La Catedral. De manera silenciosa el serbio conquistó las últimas cuatro ediciones disputadas del torneo inglés: 2018, 2019, (2020 no se disputó por la pandemia), 2021 y 2022, que, sumados a los trofeos de 2011, 2014 y 2015 lo ponen con siete conquistas, a uno solo de los ocho de Roger.

Este domingo, Novak Djokovic no solo va por su Grand Slam número 24, que ya lo alejaría a dos de distancia de Rafael Nadal y superaría en cuatro al mismo Federer, también quiere empatar al suizo como el máximo ganador de Wimbledon. Sí, este es el tiempo en solitario de Nole, el momento para engrandecer su legado y despejar las dudas de que debe ser considerado ya como el mejor de todos los tiempos… dominar La Catedral, quizá le dé finalmente ese estatus que tanto reclama.

El asalto al imperio

Sí, Carlos Alcaraz toda su vida ha escuchado del dominio de Roger Federer, Rafael Nadal y Novak Djokovic. Y también toda su vida le ha tocado ver como decenas de jugadores talentosos sucumbieron ante el talento abrumador del Big Three. No había lugar para medianías en una época tan perfecta.

Todavía en el ocaso de esta trinidad, a la generación de Medvédev, Tsitsipas, Casper Ruud y compañía les fue imposible arrebatarles el trono, conformándose con las migajas que caían de su mesa de muy de vez en cuando. Ahora es tiempo de un nuevo emisario: Alcaraz, el chico español que, se dice, tomará el lugar de Nadal. Sí, tiene talento; sí, es competitivo; sí, a sus 20 años ya superó a la clase que le antecedía… sí, pero también necesita dar un golpe contundente que disipe las dudas que levantó en Roland Garros, donde Djokovic lo barrió en semifinales.

Su tiempo llegará, de eso no hay dudas, pero de Carlos depende que sea con la gloria de haber derrotado en su primera final de Wimbledon al último emperador de la época más dominante del tenis… o que quizá solo se conformará a que los años hagan ese trabajo.


DAO


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